CELIA FALCES MIRAVALLES | Fotografía: pixabay
El acoso escolar, también conocido como bullying, es un hostigamiento permanente de una o más personas hacia un estudiante, donde por lo general se producen agresiones verbales y físicas. Todo ello sin existir una causa aparente para que ocurran semejantes hechos.
Lamentablemente, el maltrato escolar ha venido en aumento en los últimos años. Muchos niños y jóvenes son víctimas de estas situaciones, y si no son detectadas a tiempo, pueden tener consecuencias muy lamentables que además poner en riesgo sus vidas.
El primer jueves de noviembre de cada año se celebra el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, incluido el Ciberacoso. Con esto, se busca acabar de una vez por todas con un tipo de violencia, que afecta a la población infantil a nivel mundial y que provoca terribles secuelas psicológicas.
Este año, el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso en la Escuela, incluido el Ciberacoso, se celebrará el 4 de noviembre y tendrá como tema “Luchar contra el ciberacoso y otras formas de violencia en línea que involucran a niños, niñas y jóvenes”.
Aunque el acoso escolar y el ciberacoso puedan parecer dos términos diferentes, están estrechamente relacionados. Lo que realmente los diferencia es que el primero se hace de manera directa en las escuelas y centros de aprendizaje. Mientras tanto, el ciberacoso ocurre a través de un ordenador, el móvil y otros medios tecnológicos.
Ya es una realidad innegable y abrumadora que miles de niños y adolescentes sufren a diario de maltrato psicológico y físico por parte de sus propios compañeros. Pero no se puede olvidar que el bullying llega hasta las tecnologías, como Internet y los sitios web. Causando de esta manera daños irreparables tanto al niño como a todo su núcleo familiar y social.
Aunque resulta difícil luchar contra un mal que afecta a la población mundial como es el acoso escolar y el llamado ciberacoso, hoy más que nunca, resulta imperioso brindarles a nuestros niños y jóvenes herramientas para la vida, las cuales les permitan defenderse ante situaciones que, a los padres, familiares y maestros se les escapa de las manos.
En este sentido, una vez que el niño inicia la etapa escolar, es tarea de los progenitores y también de los educadores, fortalecer su personalidad y para ello se necesita una educación en valores como la autoestima, la voluntad, la sinceridad, la empatía y la amistad.
Por lo general, los niños y jóvenes que sufren violencia en sus hogares, modelan esos mismos comportamientos una vez que comienzan a sociabilizar. También existen agentes externos como la televisión, internet o el cine, que transmiten mensajes negativos y que contribuyen a reforzar conductas inapropiadas, que terminan por socavar la mente de los más vulnerables, en este caso, la población infantil.
De acuerdo al informe redactado por la UNESCO, uno de cada tres estudiantes es víctima de acoso escolar por parte de sus compañeros en los centros donde se imparte educación, sin dejar de lado, las alarmantes cifras del ciberacoso, con consecuencias realmente desbastadoras.
Sin lugar a dudas, esta fecha es una excelente oportunidad para ahondar en una problemática que nos compete a todos. Es esencial profundizar sobre las verdaderas causas que llevan a los niños y jóvenes a transformarse en personas violentas e insensibles hacia sus semejantes.