NOELIA GÓMEZ SÁNCHEZ | Fotografía: Freepik |
La publicidad actualmente se ha convertido en parte fundamental de nuestro día a día. Su principal objetivo es generar sensaciones y emociones en la sociedad, intentando crear estímulos que representen a la marca.
En sus inicios, la publicidad era meramente informativa, y carecía de persuasión. Posteriormente, pasó a difundirse a través de folletos impresos, carteles y los primeros periódicos. Durante la Revolución Industrial, comenzaron a surgir las marcas y, con ellas, el concepto de fidelidad a la misma. En la Edad de Oro del siglo XX, con la aparición de la radio y la televisión, la publicidad se convirtió en un estilo de vida. Finalmente, con la llegada de Internet y las redes sociales, se ha creado una publicidad dirigida específicamente a los intereses de los usuarios.
Características de la publicidad
Un elemento imprescindible es la audiencia. Es fundamental segmentar el mercado de manera rigurosa para llegar a grupos específicos con mensajes personalizados. Resulta trascendental considerar factores demográficos y geográficos para ajustar el lenguaje, el estilo y el contenido de las campañas.
Para lograr una publicidad culturalmente eficiente, la autenticidad es clave. Las campañas deben reflejar genuinamente los valores y la identidad cultural, evitando la apropiación cultural. La falta de legitimidad puede generar rechazo y dañar la imagen de la marca.
Publicidad en los medios de comunicación
La publicidad en los medios de comunicación conforma una fuerza poderosa que influye en la opinión pública, la conducta del consumidor y las normas culturales. Además, emplea múltiples plataformas – televisión, radio, periódicos, revistas, vallas publicitarias o medios digitales- para divulgar mensajes a una audiencia amplia con el propósito de informar, persuadir y convencer.
A su vez, la publicidad en los medios se considera el impulsor del crecimiento económico y un manipulador de las ambiciones de los consumidores. Asimismo, es alabada por apoyar a los medios libres y sentenciada por cooperar con las culturas columnistas.
¿Puede la publicidad convertirse en una forma de cultura?
La relación entre la cultura y la publicidad esta muy presente en nuestras vidas, puesto que sigue siendo objeto de debate. La publicidad se adapta, y al mismo tiempo, es moldeada por el entorno cultural en el que trabaja.
Esta disciplina tiene el gran poder de influir y ser influenciada por las tendencias del momento. Por ello, las marcas utilizan esta potente herramienta para comunicarse con la audiencia a la que se quieren dirigir, dar a conocer sus productos e influir en su comportamiento. Desde las vallas publicitarias hasta un simple anuncio en las redes sociales, los mensajes publicitarios estan diseñados para resonar entre el público.
Un ejemplo claro de publicidad que muestra las normas culturales son las campañas navideñas de Coca-Cola. La figura de Papa Noel, por parte de la empresa, ha contribuido a la imagen moderna de este personaje como un hombre alegre vestido de rojo, lo que manifiesta como la publicidad puede influir en la iconografía cultural.
Actualmente, las redes sociales están repletas de publicidad. Al entrar en cualquier plataforma, encontramos publicaciones de artistas promocionando sus obras, canciones o productos. En definitiva, la publicidad está presente en nuestra vida diaria y al alcance de nuestra mano.