MARINA LAJO TRAPOTE  |  Fotografía: Marina Lajo |

La transparencia en los medios de comunicación es un tema primordial para los españoles a la hora de poder informarse con claridad. Siempre ha sido un factor muy relevante, pero,  ante la situación actual del Covid-19, el valor de este tema ha sido incrementado. La falta de diafanidad informativa es un factor que empaña la profesión del periodismo y a los medios de comunicación. Por lo que este agente provoca un incremento en la desconfianza de la ciudadanía, lo que contradice el principio de la profesión.

La Fundación Compromiso y Transparencia , FAES, ha realizado informe donde indica que ninguno de los 21 medios analizados,  incluidos en el informe Primera Plana 2019, alcanza la cualidad de ‘pureza’. Y es que, dicha asociación es la encargada de evaluar la nitidez de las empresas españolas en base a 19 indicadores; en materia de propiedad, gobierno corporativo, información económica, creación y difusión de contenidos y cumplimiento. Además de distinguir entre aquellas empresas españolas no cotizadas y las sí cotizadas con mayores obligaciones de transparencia legal.

Este año solo alcanza la categoría de `translúcido´ las empresas cotizadas por Atresmedia, Mediaset, Prisa y Vocento. Por otro lado, la categoría de `opaco´ están conformadas por el cotizado Unidad Editorial y los no cotizados como Cope, El Español, Okdiario, Grupo Godó de La VanguardiaGrupo Planeta con La Razón y Grupo Prensa Ibérica con El Periódico, entre otros. En el informe se detalla como conclusión la inconsciencia de los medios de comunicación respecto a la importancia que tiene la transparencia para fomentar la credibilidad e independencia de su medio al ser valorado de forma positiva por la ciudadanía.

El diario Público ha creado en colaboración con Google News Initiative y la Universidad Autónoma de Madrid un Mapa de transparencia. Para ello, usan ocho indicadores con la finalidad de conseguir una transparencia del 100%.

Esta creación se debe a la revolución digital, responsable de los profundos cambios realizados en los hábitos de lectura e información. Donde, lo más dañino para los medios y los lectores puede ser la proliferación de contenidos disfrazados de periodismo. Esto provoca una desinformación preocupante, debido a que muchos de ellos son fake news, engaños o una simple manipulación por beneficios.

La ambigua difusión provoca desconfianza por parte de la población. Y es que, la divulgación de este tipo de contenido puede realizarse a través de pseudo-medios, e incluso, de medios aprobados. El resultado es desfavorable tanto para el medio, como para la profesión y los ciudadanos, lo que impide, en ocasiones, el ejercicio de la libertad de información y supone así, un riesgo para cualquier sociedad democrática.

Ante esta situación, las recomendaciones de diferentes organismos internacionales; Access Info Europe, PDLI, FNPI y RSF, apostaron por tratar el proceso de información de manera abierta y transparente para que los lectores puedan afrontarlas. Con este fin, crearon la herramienta de periodismo transparente TJ, Transparent Journalism Tool, que puede rastrear de manera casi automática ocho indicadores de transparencia de edición.