Roberto Boccardi: »La emigración de las personas LGTB se ha observado desde siempre en el mundo occidental»

0
751
Boccardi
MELANIE ESCUREDO SILVA  |  Fotografía: Sandra Fernández  |

Estrechos callejones y una luz ya tenue, propia de las siete y media de la tarde, conducían a La Casa de las Palabras el pasado 20 de abril. En ese lugar se celebraba la cuarta ponencia de las II Jornadas ‘Valladolid con Palestina’, contra el apartheid Israelí. La sala estaba abarrotada cuando las sillas empezaron a ser ocupadas minutos antes de la hora de inicio, los desafortunados que llegaron, aunque suene irónico, puntuales tuvieron que quedarse de pie o sentados en las escaleras de la esquina.

‘Pinkwashing: la Instrumentalización de la (des)igualdad como herramienta de ocupación’. Este era el nombre de la conferencia que comenzaba con la presentación de Nadia Tawquif, activista LGTB, de Alternativa Universitaria y de la Plataforma Solidaria con Palestina de Valladolid, organizadora de las jornadas con el apoyo del Área de Cooperación Internacional para el Desarrollo de la UVa. Aunque, según su propio juicio, era una mera presentadora, dio algunas pistas sobre el tema principal de la ponencia y expuso cómo la palabra pinkwashing es desconocida por muchas personas y, seguramente, por la mayoría de los ahí presentes.

Pero tendríamos que esperar un poco más para descubrir aquel concepto que tanta incertidumbre estaba causando, ya que para ello antes era necesario conocer a quien mejor nos lo podía explicar: Roberto Boccardi. Tawquif dio una casi interminable lista de, sin exageraciones, cinco minutos de reloj sobre los cargos de Boccardi, entre los que podemos destacar: activista de LGTB plus y ultrafeminista, investigador en Antropología con una tesis sobre identidad de género en la complutense de Madrid, estudiante del Máster en Estudios Inter-discriminales de Género en la Universidad Autónoma de Madrid y organizador del festival internacional de cine LGTB Les Gay Cinema.

Tras una presentación digna de un currículum de cinco folios, Roberto Boccardi comenzó a hablar dejando ver su acento italiano y un castellano que, aunque a veces trabado, exquisito en cuanto a tecnicismos y lengua española. »Más que hablar de mí, habla de los varios ejes de activismos», dijo riendo ante la expresión de asombro del público, explicando que hay infinitas formas de contribuir en ese tipo de movimientos y que se debe participar desde varios ejes para renovar dentro de lo posible la sociedad.

Pasó entonces a proyectar la primera diapositiva, donde se podía ver aquella palabra que tanto había retumbado minutos antes, pinkwashing, y justo debajo, una camiseta ensangrentada, una lavadora y, esa misma camiseta, teñida ahora de rosa. »Israel intenta lavar la sangre del genocidio y el apartheid poniéndole una lavadora de derechos LGTB, transformándola en rosa», reivindica así que esa prensa la venden como una falsa imagen de Derechos Humanos y civiles que, en realidad, no existen.

»Israel intenta lavar la sangre del genocidio y el apartheid poniéndole una lavadora de derechos LGTB, transformándola en rosa»


.

Del pinkwashing al pinkwatching

Señala Boccardi que hablar del Pinkwashing nos lleva inevitablemente a tratar con el pinkwatching. Se trata de controlar y analizar lo que está pasando y, para poder llevar a cabo una crítica constructiva e inclusiva, se debe deconstruir que Israel sea merecedor de un título aliado de los derechos LGTB. Hay que tener en cuenta que en su momento lo fue, pero, al mismo tiempo que nos venden que Israel es un santuario de la comunidad LGTB, celebrar bodas igualitarias está prohibido. Las que se celebran no son oficiales, son ritos para, quizás, festejar aquellas bodas que se han hecho en el extranjero: »El único derecho que, en su momento fue un avance, es el de transcribir una boda del mismo sexo que se haya celebrado fuera del país», explicó. Boccardi exige que no debemos conformarnos con este hecho, ahora hay países valientes que se atreven a hacer de estas ceremonias un acontecimiento legal, ahí está la meta.

Otro elemento clave es filtrar los estereotipos que tenemos desde occidente sobre el mundo árabe y musulmán que, aunque son mundos que a veces se solapan, no son lo mismo. »La gente debe escuchar la voz de las personas LGTB», decía alegando que esto a veces nos supone un reto. No debemos focalizarnos solo en aquellos países en los que, por prejuicios, pensamos que hay más políticas represoras en cuanto a los homosexuales, bisexuales o transgénero. »La emigración de las personas LGTB es algo que se ha observado desde siempre en el mundo occidental», apuntaba dando como ejemplo que, en Estados Unidos, la gente se iba a San Francisco porque no había lugares donde pudieran sentirse cómodos en su propio hogar. »Yo mismo tuve que irme de Italia», añadió.

»La emigración de las personas LGTB es algo que se ha observado desde siempre en el mundo occidental»


Por último, y en cuanto al pinkwatching, cabe destacar la consideración de la transversalidad del movimiento LGTB. Busca la alianza, concretaba Boccardi, su posicionamiento respecto a Israel, que siempre será problemático y, por ello, debe ser cauteloso. Aquí habló de varias fuerzas palestinas con las que colabora el activismo LGTB, como puede ser Palestina qews, Alqaws, Pinkwatching Israel… Organizaciones que disponen de páginas web donde podemos encontrar documentos, materiales para las campañas y mucha información de interés.

.

Dos cuentos, dos caras

En este punto de la conferencia, Boccardi hizo una comparación entre dos páginas web; por un lado, Stand With Us y, por el otro, Gay Star News. El primero, intenta vender un mensaje, el mensaje de que Israel es el más avanzando en cuanto a modernidad igualitaria. »Israel aparece como un paraíso para los palestinos gays, Israel respeta la vida, ese es el lema», narró. El segundo, un sitio web con el cual Boccardi colabora, sacó en 2012 un artículo que denunciaba el bombardeo que había provocado la muerte de  una pareja gay de palestinos que vivían juntos. »Es ridículo que digan luchar por la igualdad cuando pasan estas cosas, antes que gays son personas, son palestinos, están vinculados a la sociedad», se lamentaba.

Incluso, en la página web Stay Whit Us, se muestra una tabla, publicada por el mismo medio, en la cual nos muestran los derechos de las personas LGTB. La ironía es que reconocen que ser gay no es ilegal. De esta manera se tiran por tierra aquellos argumentos de los individuos que intentan escusar de alguna manera los terribles crímenes propiciados a lesbianas, gays, bisexuales y transgénero. »Muchas veces me comentan que el problema es que pertenecer al grupo de personas LGTB no está permitido en ese país, cuando es mentira. Otro tema son los prejuicios y la discriminación palpables» dice. Por ello, debemos luchar contra los niveles de homofobia latentes en Palestina, los mismos que hubo en España y similares a los que existen todavía hoy en Italia. 

.

Out in the dark

Tras esta inspiradora y reveladora charla, Boccardi se dispuso a ponernos la película Out in the dark. Un claro ejemplo sobre cómo el gobierno israelí manipula a los ciudadanos de Palestina. Con un alto nivel de producción pagado por el mismo Estado Israelí se crea este producto de pinkwashing representando a la familia palestina como unos completos terroristas. »Transforma a las personas LGTB de palestina en espías, ¿cómo? sencillo. Son personas que están entre la verdad y la mentira, con una vida paralela dentro del armario, siembran una duda con una vida oculta, oscura en apariencia. La solución: llamarles espías» ríe.

Out
Visionado de la película Out in the dark en las Jornadas Valladolid con Palestina | Fotografía: Sandra Fernández

Una hora y media después, finaliza la película y tras unas preguntas y reflexiones por parte del público, Boccardi cierra esta ponencia con el reclamo de un mecanismo democrático que alcance la igualdad en general, un política progresista tanto en el mundo LGTB como en las desigualdades por sexo.