MICHELLE ORTEGA RIVERO | Fotografía: Michelle Ortega y TEDxValladolid
No sólo la palabra es un medio informativo, también lo es lo visual y, en este caso, el dibujo. En los tiempos que corren, con la cantidad de información negativa con la que nos vemos cargados, no está nada mal analizar los hechos con un toque de humor. Esta es la labor de Rafael Vega, conocido por la mayoría como ‘Sansón’.
Un hombre que poco tiene que ver con el personaje bíblico con el que comparte nombre -él afirma que una de las razones de su pseudónimo se remonta a su juventud, en la que poseía una melena parecida a la del amante de Dalila-, nos recibe en su oficina de la Editorial Multiversa. Rodeados de multitud de libros, viñetas colgadas por las paredes y material gráfico, Rafa Vega nos acerca a su mundillo: el humor gráfico, el periodismo y la labor editorial.
¿Cómo se llega a ser humorista gráfico? Tras licenciarse en Filosofía y Letras en la Universidad de Valladolid y probar el trabajo en distintas editoriales, Rafa Vega apostó por dedicarse a lo que siempre había querido. «Hay muchísimas cosas en la vida que no tienen una preparación específica, no hay una carrera de humorista gráfico», asegura. Su adiestramiento en el arte plástico no está muy relacionado con el estilo que utiliza en sus viñetas. «El dibujo sólo es una capacidad del humor gráfico, también está la capacidad literaria», añade.
Definiéndose como un amante de la literatura, mencionó a uno de sus precedentes, Chumy Chúmez, del que destaca su capacidad literaria: «Es el más grande humorista gráfico, capaz de sacarle la punta al lenguaje». Asimismo, reconoce la figura de Domingo Criado, del grupo de Simancas, en el ámbito local, del que destaca sus viñetas de la Transición. También nombra a algunos de sus contemporáneos, como Forges o Gallego y Rey, de los que habla como «colegas a los que admirar» mientras señala las caricaturas que estos artistas le dedicaron y que adornan el blanco de las paredes de la oficina.
La apuesta que hizo le llevó a las páginas de El Norte de Castilla, en el que ascendió progresivamente. «Hice algunas viñetas que presenté al medio, como colaborador», relata. Tras hacerse un hueco en la edición local, pasó a publicar en las cuatro ediciones regionales y, finalmente, en 2009, consiguió presentar su trabajo en el resto de periódicos del Grupo Vocento. ‘Ojos Que No Ven’ es el espacio que ocupan sus viñetas tanto en la edición en papel como en la digital del medio desde hace 20 años.
«Tengo una suerte bárbara con el medio de comunicación en el que trabajo: siempre que ha habido presiones externas, que sí que las hay, el director ha sido un paraguas y ha protegido mi libertad de expresión», cuenta Sansón. Reconoce también que es consciente de que su medio se debe a unos accionistas, como cualquier otro, y que en varias ocasiones ha sido presionado desde el ámbito político, aunque nunca ha tenido que meter ninguna de sus viñetas en el cajón. «El medio y yo estábamos convencidos de que ciertas cosas tenían que salir y han salido», explica.
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En la piel de un humorista gráfico
La inspiración para el diseño de sus viñetas la encuentra en la actualidad diaria, tanto política como social. «No me gusta caracterizar a los políticos, intento evitarlo», sostiene frente al protagonismo que las elecciones, pactos y política en general están teniendo. «Es una situación agotadora, siempre que tenemos oportunidad escapamos de ahí». Opinar sobre temas políticos muchas veces suscita críticas y Sansón las ha recibido así como las ha creado. «Yo suelo criticar a quien gobierna», proclama alegando que, incluso, algunas veces crítica a los que ha votado; aunque garantiza que las ideas de cada uno se ven de una forma u otra en su trabajo. Sin embargo, él cree que su labor es «estar en un lado de oposición al poder».
«Creo que mi labor es estar en un lado de oposición al poder».
El trabajo de un humorista gráfico nunca acaba, pues la presión no finaliza cuando se presenta la viñeta del día, sino que continúa: toca preparar la del día siguiente. «Todos los días desactivas una bomba por la noche, cuando entregas la viñeta, y ese reloj se vuelve a poner a cero enseguida», afirma. Como puede pasar en toda labor que depende en gran medida de la actualidad inmediata, nuestro protagonista alguna vez se ha visto obligado a rehacer su viñeta a causa de un bombazo informativo de última hora. «Todos los de este mundillo tenemos una serie de recursos para estos casos, siempre pasa algo», confiesa con tranquilidad.
Su trabajo ha sido recogido en tres publicaciones, además de en su medio de comunicación diario. La primera antología surgió en el 2001, con el nombre Prietas las filas, y recopilaba algunas de las viñetas publicadas en El Norte de Castilla desde 1995 hasta esa fecha. Éramos impares fue la segunda y juntaba las imágenes que aparecieron en el mismo periódico entre 2001 y 2010. La última se titulaba 150 años de publicidad en el Norte de Castilla, un repaso por la historia de la publicidad gráfica del medio con motivo de los 150 años que celebraba en 2006.
El talento de Rafa Vega como humorista, dibujante y creativo resaltó en el evento TEDxValladolid de 2014. «No sabía cómo iba a acabar, me podía haber quedado en blanco o romper los folios si no me gustaba lo que hacía», relata. Con un rotulador y en un folio gigante, Sansón caricaturizó en el momento lo que los distintos ponentes contaban, demostrando su destreza frente al público. «Fue una experiencia formidable, aunque supuso un trabajo físico y mental enorme», recuerda emocionado.
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Donde siempre quiso estar, el mundo editorial
«Yo siempre quise ser editor y, en cuanto tuve la oportunidad, lo hice», desvela Sansón, quien hoy en día forma parte de las editoriales Nuevo Cuño Ediciones y Multiversa. Como gerente y director, respectivamente.
Nuevo Cuño es un proyecto especializado en prensa, mientras que Multiversa busca talentos literarios poco conocidos. Esta última se ha visto muy afectada por el tipo de negocio que estaba haciendo pues dependía del soporte en papel. «Vivimos en una época muy mala para las editoriales, pero eso no quiere decir que la gente no lea, la gente lee más que nunca», ratifica Vega muy seguro de que el responsable de esta situación es el colonialismo tecnológico que se vive.
«La gente lee más que nunca».
Con rotundidad afirma no sentirse preocupado, ya que el caso no es que la gente se interese en posts, columnas… Él ve la solución en que el contenido que se publica en soporte digital se pague al igual que un periódico. «No se paga por el papel, se paga por el contenido», repite, «existe la mala costumbre de pensar que como en Internet se puede accede a ello, las cosas se producen de manera gratuita».
Con una perspectiva positiva de cara a la digitalización de su trabajo, el humorista opina que pronto se encontrará el camino que deben seguir las editoriales y la prensa. «Para tiempos malos, los de los años 40, cuando Miguel Delibes distribuía sus libros escritos a mano», cuenta entre risas, pues, para él, el futuro está lleno de información y de comunicación.