Luis González Carpizo | fotografía: pixabay
Un año más la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas entrega sus premios. La 95 edición de los Oscar se presentaba como la primera gala post tortazo. La gala presentada por Jimmy Kimmel se desarrolló sin incidentes y casi sin sorpresas en el reparto de estatuillas.
La gran triunfadora de la noche, Todo a la vez en todas partes, llegaba a la gala siendo la gran favorita a pesar de lo extraño que esto pueda resultar por el carácter de la película. Alguien conocedor de la Academia sabe que esta tiene una tendencia conservadora que lleva a que la mayoría de los premios hasta recientes galas recayesen en películas de ‘hombres blancos’, una tendencia que finalizó hace apenas unos años con el movimiento ‘Oscars so white’. El movimiento dio como resultado un menor peso del voto conservador en las elecciones, lo cual ha permitido que una película como Todo a la vez en todas partes haya podido alzarse con la estatuilla a Mejor Película o que en 2019 una película surcoreana como Parásitos lograse la misma hazaña.
¿Pero qué hace tan especial a Todo a la vez en todas partes? Pues bien, como se mencionaba anteriormente, la tendencia conservadora de los Oscar llevaba a la premiación de dramas con una estructura cinematográfica clásica. Nada que ver con lo que representa la cinta triunfadora de esta edición. Todo a la vez en todas partes es una cinta arraigada en el humor y la ciencia ficción como géneros principales, a los que se le añaden subgéneros como las cintas de artes marciales.
Una cinta cuya trama principal se basa en la existencia de un multiverso infinito por el que puedes viajar solo si actúas de forma absurda e irracional, de tal forma que puede dar lugar a chistes de lo más soez, no suena a argumento de Oscar. Incluso se podría decir que sin la producción a cargo de A24, la cinta no habría sobrevivido al paso por el mercado y en lugar de alcanzar el mainstream, habría acabado en círculos de fanáticos de la ciencia ficción y del humor absurdo.
Pero no fue así y las actuaciones de Michelle Yeoh y Ke Huy Quan han brillado no solo en la pantalla, sino por las alfombras de premios de todo Hollywood. La actriz malaya lograba su primera nominación tras una larga carrera cinematográfica. Mientras que Ke Huy Quan marcaba a la par que Brendan Fraser un apoteósico regreso al cine comercial coronándose ambos con la estatuilla.
El actor de origen vietnamita se dio a conocer en su más tierna infancia tras interpretar al pequeño Tapón en Indiana Jones y el Templo maldito, tras eso interpretaría a Data Wang en Los Goonies. Poco después el joven actor desaparecería de las pantallas hasta 2021 donde reapareció en Finding Ohana y posteriormente en Todo a la vez en todas partes. Ke Huy Quan protagonizó en la gala varios de los momentos más tiernos. Por un lado, su abrazo con Harrison Ford que haría emocionarse a todos los fans de Indiana Jones y por otro, cuando junto a Fraser reconocían que ‘hay un momento en tu carrera en el que el móvil deja de sonar’ pero afortunadamente ambos han regresado.
Por otro lado, la gala era el momento de Brendan Fraser, su esperado regreso. La victoria del actor conocido por La Momia suponía la ruptura con su decadencia. La de Fraser es una de estas historias que a todos nos llega al corazón, un actor que a finales de los ‘90 y principios de los 2000 cautivaba al público con su carisma, de pronto desapareció de la gran pantalla. Un mal momento personal, unido a que el teléfono dejó de sonar hicieron que la estrella se apagase o eso creímos.
Al mal momento profesional del actor estadounidense se le unió la caída en depresión de este. El divorcio con su mujer Afton Smith, la que hasta el momento había sido su apoyo emocional, junto a que esta le reclamaba cantidades de dinero que el actor no era capaz de afrontar debido al tratamiento de su enfermedad, hicieron que Fraser se sumiera en una profunda depresión. Más aún si comprendemos que el actor estadounidense había sido víctima de abusos sexuales tiempo atrás.
En la gala de los Globos de Oro de 2003 el periodista Philip Berk, por entonces presidente de la Asociación de Prensa Extranjera en Hollywood (institución que entrega el galardón), abusó del actor. En palabras del propio Fraser: ’Me agarró la nalga y con uno de sus dedos me tocó el perineo. Luego empezó a moverlo y yo entré en pánico. Me sentí como un niño pequeño’. Aquel suceso jugaría en contra del actor. Aún así a día de hoy se puede decir que Fraser ha regresado. Su papel en La Ballena ha hecho que el actor pueda regresar a lo más alto de Hollywood. Tanto es así que el actor cuenta con un papel en la próxima cinta de Martin Scorsese, Killers of the Flower Moon.
Pero no todo son regresos triunfales. También ha habido tiempo para merecidas consagraciones. La veterana actriz Jamie Lee Curtis hacía saltar la sorpresa al recibir la estatuilla. Mientras todas las miradas se centraban en Angela Bassett por su papel ya galardonado en otros premios, la academia sorprendió a todos entregando la estatuilla a la veterana actriz. A sus 64 años y tras una gigantesca carrera artística a sus espaldas, Jamie Lee Curtis recibía su primer Oscar.
La actriz se dio a conocer en 1978 con la primera entrega de la saga Halloween bajo la dirección de John Carpenter y con el paso de los años se ha ido consagrando con papeles en cintas como Un pez llamado Wanda o Puñales por la espalda. La actriz ya sabía lo que era levantar un Globo de Oro, pero en su vitrina aún había un hueco. Faltaba el Oscar. La academia hasta este año había ninguneado sus actuaciones, pero su papel en Todo a la vez en todas partes la haría valer no solo su primera nominación, sino también su primera estatuilla. Dicen que es mejor tarde que nunca.
Por su parte, los directores y guionistas de Todo a la vez en todas partes, Daniel Kwan y Daniel Scheinert, lograban estatuilla por partida doble. Ambos se alzaban con la estatuilla a Mejor Dirección y a Mejor Guion Original. Mientras que el Oscar a Mejor Guion Adaptado acabaría en manos de Sarah Polley por Ellas hablan.
Si algo sorprende en esta edición es que ‘El rey Midas de Hollywood’, Steven Spielberg no logró ningún galardón por su autobiográfica Los Fabelman. Quien sí logró alzarse con el premio fue Guillermo del Toro por su película de animación Pinocho de Guillermo del Toro. Por su parte, Sin novedad en el frente lograba el Oscar a Mejor Película Internacional por encima de cintas como Argentina, 1985.