CELIA FALCES MIRAVALLES | Fotografía: Ainhoa de la Huerga |
Una persona transexual es aquella cuya identidad sexual está en conflicto con su anatomía sexual. La consecuencia de esta disonancia es el deseo de vivir y recibir acepción por parte de la sociedad como un miembro del sexo opuesto. A esto, generalmente le acompaña del deseo de modificar, mediante métodos hormonales o quirúrgicos, el propio cuerpo, para así hacerlo lo mas congruente posible con el sexo que uno siente.
Son una minoría poco conocida y a la que se relaciona mas con el espectáculo y la pornografía, que con los problemas de exclusión social que viven los miembros de este colectivo. Algunos de estos conflictos son el rechazo familiar, la pérdida de amistades y relaciones afectivas, la discriminación laboral. En muchos países también se dan situaciones de persecución, torturas o asesinatos. A esto se le denomina transfobia, es decir, el odio, rechazo o miedo hacia la personas transexuales
En 2010, la FELGTB y las asociaciones que la forman, llevaron a cabo la campaña ‘año para Trans-formar’, que se encargó de la lucha por los derechos de las personas trans y que principalmente se centra en la sanidad, la educación y el ámbito laboral. Allí trabajan en la lucha porque el derecho a la salud integral de las personas transexuales sea extensible a todos los lugares de España y no solo en aquellos cuyos gobiernos deciden incluir el tratamiento transexualizador.
En el ámbito laboral se trabaja para lograr la inclusión de las personas transexuales, sobre todo las mujeres, puesto que constituyen uno de los colectivos con mayor riesgo de exclusión social. Se hace a través de bolsas de empleo, medidas de fomento del mismo, formación y campañas de sensibilización
En cuanto a la educación, además de hallarla en centros escolares y universitarios, es importante conseguirla también en medios de comunicación y periodistas, para así lograr el correcto tratamiento de la información que éstos transmiten.
Por ello, se creó una guía para el tratamiento de las noticias relacionadas con la transexualidad. En ella, se recomienda llevar a cabo actuaciones como apostar por un periodismo que vaya mas allá de la mera extravagancia, evitar la espectacularización y el morbo o mencionar la condición transexual de una persona solo cuando sea necesario, es fundamental documentarse adecuadamente. También se recomienda trasmitir una visión equilibrada sobre el fenómeno y mostrar a las personas transexuales de forma integral.
En el terreno legal y social, suelen reivindicar dos derechos básicos que hacen más fácil su vida: el modificar el sexo legal y la cobertura sanitaria integral. Otros conceptos relacionados serían: el sexo social, que es el sexo construido a través de comportamientos, valores y actitudes; persona travesti, que sirve para denominar a la persona que utiliza vestimentas del otro sexo para satisfacer un deseo, pero se acepta y se identifica con su sexo de nacimiento; y el proceso de reasignación de sexo, que suele implicar un seguimiento psicológico, un tratamiento hormonal, operaciones quirúrgicas de reconstrucción y procesos legales y sociales. Además, el Síndrome de Benjamín es un término que propuso la entonces denominada Asociación Internacional de la Disforia de Genero ‘Harry Benjamín’. Lo hizo en honor al médico endocrino H. Benjamín para así sustituir la palara ‘transexualismo’. Desde 2006, esta asociación recibe el nombre de ‘Asociación profesional Mundial por la Salud Transgénero’.