SARA UÑA SAAVEDRA | Fotografías: Sara Uña Saavedra
La segunda mesa del II Curso Internacional «Aprender a Historiar» (Los archivos municipales, Historia viva) daba comienzo la pasada mañana del jueves 20 de octubre y media hora después de lo previsto en el programa, comenzaba. La primera conferencia de esta mesa, con el título Fondos documentales, bibliográficos y hemerográficos del AMVA será una breve pasada por los fondos documentales y la biblioteca del Archivo Municipal de Valladolid de la mano de dos técnicos del organismo.
Inicia con los agradecimientos por parte de la moderadora Asunción Esteban Recio hacia los coordinadores del curso, calificando de “una valentía inmensa” que siendo predoctorales sean capaces de afrontar una actividad que lleva tanto trabajo detrás. Valora su esfuerzo y gran aporte a la universidad porque “ellos están en formación y pretenden extender esa formación a sus compañeros, al resto de alumnos”. La moderadora, además, hace una breve valoración de la figura del historiador como el sujeto que aporta la “historia viva” pues “la historia no la puede hacer cualquiera, tiene una enorme complejidad”.
Como preludio al tema de la conferencia, resalta las bondades de los archivos municipales que, como el de Valladolid, hacen una recopilación del pasado y del presente para construir la memoria de toda una ciudad, en palabras de Asunción Esteban: “El archivo permite volver al pasado y gracias a sus documentos y testimonios se nos permite construir la propia memoria de la historia y de sus víctimas, incluso hacer justicia”. A continuación, da paso a las invitadas.
El archivo permite volver al pasado y gracias a sus documentos y testimonios se nos permite construir la propia memoria de la historia y de sus víctimas, incluso hacer justicia
La primera en intervenir es Miren Elixabet Díaz Blanco, exalumna licenciada en Historia por la Universidad de Valladolid, investigadora especializada en conocimientos sobre fondos documentales. La técnico del AMVA lo define como un “archivo vivo” que está continuamente creciendo, desde el primer documento de 1191 hasta los que se siguen almacenando hoy día.
El Archivo Municipal de Valladolid cuenta actualmente con unas 50.000 cajas documentales, a las que se suman documentos en otros soportes como planos, fotografías, vídeos… El Archivo se diferencia en dos grandes fondos. Por un lado, la documentación municipal generada por el propio Ayuntamiento de Valladolid, que está recogida en un cuadro de clasificación con 4 apartados que se corresponden con las cuatro grandes funciones del Ayuntamiento: Gobierno, Administración, Servicios y Hacienda. Estas series documentales constituyen un reflejo de la labor de la municipalidad. Por otra parte están los fondos externos que, aunque no son producidos por el Ayuntamiento, se custodian en el archivo y su biblioteca auxiliar. Son los fondos del Hospital Esgueva, Teatro Calderón, de la APV (Asociación de la Prensa de Valladolid), de la Sociedad Industrial Castellana, del Consorcio de Enseñanzas Artísticas, de la Casa Zorrilla y los fondos fotográficos procedentes de donaciones privadas. Para consultar todos estos fondos se puede acceder de manera presencial, consultando por correo electrónico, correo ordinario, teléfono y a través del perfil del AMVA en redes sociales (Facebook y Twitter). Además todos estos fondos están informatizados y se puede consultar su archivo a través de la base de datos de la página web del Archivo Municipal de Valladolid.
Para terminar su exposición, Miren Elixabet explicó a los allí presentes la manera de acceder correctamente a esos archivos documentales, algo de gran importancia para los alumnos de Historia. Seguidamente tomó la palabra Pilar Saint-Gerons Marzo, también exalumna de la UVa licenciada en filología francesa, que ejerció como profesora en Francia pero sus últimos años ha estado ligada a la Biblioteca del Archivo Municipal de Valladolid donde desempeña su labor como técnico. Explica Pilar que esta Biblioteca tiene dos objetivos fundamentales que son apoyar la investigación y al personal administrativo del propio archivo y a los usuarios que acceden a él. La técnico centró su intervención en describir el espectro de documentos que conforman la Biblioteca Municipal. Hay un Fondo Administrativo, que sería la biblioteca profresional de los empleados municipales; y un Fondo Local, que reúne toda la información sobre Valladolid desde el punto de vista histórico, literario y de costumbres de la vida cotidiana.
Para los investigadores tiene mucho valor una colección de 30.000 documentos denominados “Literatura gris”, textos que genera un organismo, en este caso el Ayuntamiento, con una circulación interna que no se encuentra ni en internet ni en otros libros. En prensa local, la Biblioteca conserva en papel los 3 grandes periódicos de Valladolid: El Diario Regional, Libertad y El Norte de Castilla. Especial es el caso de este último diario, el más antiguo de España que sigue en activo y que se ha consolidado como el periódico de los vallisoletanos. El Archivo tenía bajo su auspicio el primer número impreso que existía de El Norte, que cedieron al periódico a cambio de toda la colección digitalizada. Por tanto, la biblioteca reúne ahora 70 años de historia local decisiva para conocer la ciudad.
Reúne colecciones de procedencia externa de gran valor como la Biblioteca del Círculo del Calderón, un conjunto de libros que desnudan a lo más granado de la burguesía vallisoletana de finales del XIX y principios del XX; la prensa satírica de Narciso Alonso Cortés, de la que se conservan 122 títulos del siglo XIX con interesantes caricaturas de los personajes de la época; o los libros de la Casa de Zorrilla que mantienen las portadas dedicadas y notas al margen de Zorrilla y otros autores importantes allegados al prolífico autor.
Concluye Pilar Saint-Gerons animando a los allí presentes, y especialmente a los estudiantes de Historia, a interesarse por el pasado y por el Archivo donde, en palabras de la técnico, “estamos para lo que necesitéis, a vuestra disposición”.