ANDREA MARCILLA CARRANZA  |  Fotografía: Inform@UVa  |

La cuenta de Twitter ‘nolesdescasito explica cómo cada interacción con las cuentas de aquellos políticos de extrema derecha y populistas, aumenta su visibilidad y su tendencia. Pero, ¿qué es el populismo político al que tanto temen y atacan? Es la tendencia de los políticos a construirse una imagen de defensor de los intereses ciudadanos, aunque en realidad no lo apliquen.

Aunque nació en el siglo XIX, ha resurgido con fuerza durante los últimos años. En muchas ocasiones, el objetivo del populismo es desprestigiar el trabajo de otros políticos. El populista eleva la palabra del pueblo como la verdad suprema, estimula el odio y la separación de clases… En definitiva, se convierte en el personaje más querido y, a la vez, más odiado de una sociedad.

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En España está en auge. Tal y como ha sucedido en otras crisis económicas y financieras, las reacciones de los gobiernos ante la crisis del COVID-19 están en el punto de mira. A su vez, las están examinando con detalle para reflejar los matices populistas de sus decisiones e intervenciones. Llamadas a cambios extremos del sistema, descalificaciones al adversario, ausencia de limitaciones en el poder… Han demostrado que la ultraderecha española ha cambiado su discurso, y mucho.

Ante situaciones como estas, que incitan al odio, la separación, las falsas promesas y al abuso de poder, las redes sociales y los medios de comunicación son los instrumentos que tienen en sus manos para agachar la cabeza o alzar la voz. El simplista mecanismo de las redes sociales hace muy sencillo posicionar como tendencia cualquier interacción, sea de agrado o no. Al convertir en tendencia sus tweets o intervenciones, únicamente se están apoyando sus campañas de marketing. En resumen, se convierten en sus marionetas en este juego de poder en el que los únicos ganadores son ellos.

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En la propia definición del populismo viene incorporado el hecho de que los medios apoyan y pertenecen a esta élite corrupta. ¿La solución? No apoyar ni dar voz a quienes no la merecen. A aquellos que retrasan años y avances en nuestra sociedad moderna y democrática. El aspecto clave de esta cuestión es la voluntad que el pueblo muestra. Los ciudadanos deben crear un muro para protegerse de las amenazas de estas fuerzas, demostrar que la unión hace la fuerza y que no se amedrantarán ante sus comportamientos. Todos son conscientes del panorama actual, solo falta entrar a la acción. Cada gesto, cada actitud indiferente ante sus publicaciones cuenta, aunque para ellos ningún ciudadano cuente, solo sus propios intereses.