David Redondo, de la pantalla al papel y viceversa

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Todos los pasos conducen a algún lugar, incluso aquellos que damos sin saber muy bien por qué. De hecho, muchas veces, son los caminos que emprendemos como una salida a otros los que nos llevan al sitio donde queremos estar. Ya lo decía Machado: “se hace camino al andar”Y, si no, que se lo pregunten a David Redondo Iglesias (Valladolid, 1990).

David llegó a la universidad con el plan de estudios de Derecho bajo el brazo y, como tantos otros jóvenes, su primera experiencia en las aulas le dijo que no era eso lo que quería hacer. A pesar de ello, su actitud inquieta impidió que las horas de clase o en la cafetería, los compañeros que encontró o las ideas que surgieron de las horas de estudio cayeran en saco roto. Con la tinta de su pluma –o, más bien, con las teclas de su ordenador-, convirtió sus vivencias en historias que, con el tiempo, acabaría compartiendo con todo aquel que llegara a su pequeña parcela en la Red, a su blog, y, más tarde, a su novela. 

Su amplio abanico de aficiones –escritura, música, arte, cine, deporte, dibujo…- hizo barajar a este joven diferentes opciones de futuro, y aunque finalmente acabó decantándose por convertirse en un alumno más de Historia del Arte en la UVa, no se cierra ninguna puerta. “Me gustan las galerías, el arte contemporáneo, la gestión cultural y escribir, por supuesto. Me encantaría dedicarme a ello, pero nunca se sabe”, comenta.

El gusto por la escritura le viene de lejos. Fue su hermana pequeña, que falleció hace unos años, quien le contagió el gusanillo por el boli y el papel. “Le gustaba mucho redactar. Le regalaron una máquina de escribir de la ‘Barbie’ y hacía muchos cuentos. Así que lo recogí. Es lo que más me ha marcado en la vida y es a ella a quien le dedico todo”.

Como con el huevo y la gallina, David Rig -su alias de bloguero- no tiene muy claro qué surgió antes: la novela o el ‘blog’. Una curiosa paradoja que vincula dos mundos –el virtual y el analógico- que frecuentemente parecen enfrentados, pero que, al menos en su caso, han ido siempre de la mano para dar forma a aquello que recogió en sus días como estudiante de Derecho. “Un día recuperé mis escritos por casualidad, les di un poco de forma y metí en ellos el contexto de la música. Fue en ese momento cuando creo que empecé con el ‘blog’, para hablar también de temas musicales, aunque siempre me acabe yendo por las ramas”, explica.

La música es para este vallisoletano una pasión que se remonta años atrás y que pergeñó el nombre que comparten el ‘blog‘ y la novela, ‘Diario de un dependiente’, sobre cuyo título cuenta: “Me gustan las tiendas de discos. Mi tío siempre me llevaba a visitarlas porque es un apasionado de la música, en especial del rock. Fue él quien me lo inculcó”. Aquí, precisamente, encontramos el germen del argumento que impregna su obra, en la que asume la identidad de un dependiente para narrar las historias que dejan tras de sí sus clientes.

No todo ha sido un camino de rosas para este precoz novelista que se quedaba “atascado constantemente» en su afán por «poner demasiadas cosas” sobre el papel. Para dar forma al libro, por ejemplo, hicieron falta siete meses de trabajo en los que la mayor parte del tiempo lo coparon las correcciones

Con el texto acabado, se decantó por una editorial de impresión bajo demanda, ArtGerust, porque no quería presentarse en el circuito de editoriales «ni andar peleándose». «Quería la novela y la quería ya”, se justifica antes de añadir que tuvo que encargarse de moverla por las librerías él mismo sin dejarse vencer. Y es que “lo más común es que rechacen tu proyecto y lo importante es no desanimarse”.

Hoy, un par de años después de la publicación de la obra, el éxito de su ‘blog’ le ha llevado a ser un participante de la 48 edición de la Feria del Libro de Valladolid, donde hablará, precisamente, de las letras en Internet. La Cúpula del Milenio acogerá su charla a las 21.30 horas de este jueves, día 30, en el marco del IV Encuentro ‘Blogueros Inspirados’, donde compartirá mesa con Carlos del B. Iglesias (‘Mis medias mentiras’) y Juan Pizarro (‘La espinilla cuando besa’).

¿Y qué es lo que hace que un blog triunfe? Para David no depende de la temática, el ritmo de actualización ni el tipo de contenidos. Él cree que el éxito sólo se rige por dos premisas muy sencillas… La primera de ellas: “perseverancia, como en todo”. La segunda –y la que quizás olvidamos con más frecuencia-: “interesarte tú”. Al fin y al cabo, como en cualquier tipo de relación social, las virtuales también se basan en el ‘feedback’ y, si quieres fidelizar a un público, más grande o más pequeño, tienes que ofrecer algo de vuelta. ¿El resultado? “Una pequeña comunidad de amigos”.

Precisamente, fue otra pequeña comunidad la que regaló a nuestro entrevistado su primera incursión en el mundo de los libros. Un foro, el de Fantasía Épica, que le inspiró para escribir relatos dirigidos a diferentes concursos organizados entre los propios internautas y que acabaron recogidos en el libro ‘Relatos de Fantasía Épica. Vol. 1’

Ahora, si echamos la vista al frente, la distancia entre el mundo virtual y el analógico no es tan grande como parece. Esa, en definitiva, parece ser la moraleja de un cuento que no ha hecho más que empezar: el de David.

Texto: Patricia Luceño

Fotografía: David Redondo

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