SARAH MANZANEQUE ALVARADO | Fotografía: Pixabay |
La expansión del coronavirus, la cuarentena y la crisis han traído consigo, han cambiado por completo la vida cotidiana de las personas. Cosas habituales como ir a comprar o relacionarse con los demás se han visto trastocadas por completo. Pero nada se compara a los cambios que ha sufrido el mundo laboral. Gente que no sabe cuando cobrará o cuando abrirá sus locales. También negocios que han tenido que cerrar por su incapacidad para enfrentarse a la crisis o la saturación que sufren hospitales y supermercados.
Los policías y los trabajadores de hospitales y de supermercados no son los únicos que han visto cómo su nivel de trabajo subió excesivamente. En este momento histórico, el mundo más que nunca necesita estar informado de la realidad. Hay que saber cómo evoluciona la situación. Por ello por lo que es necesario un oficio, el periodismo.
Según una encuesta realizada por la empresa de marketing PRGarage, casi todos los periodistas (88%) creen que su medio está capacitado para el teletrabajo. Sin embargo, el 69% considera que su nivel de trabajo desde que comenzó la crisis no ha hecho más que aumentar. Los temas sobre los que trabajan han pasado a girar en torno a un asunto, el coronavirus. La mitad de ellos (54%) afirman escribir únicamente sobre el virus y más del setenta por ciento coinciden en que la enfermedad acapara la atención de los medios excesivamente.
El periodismo tiene actualmente un papel fundamental. Los medios de comunicación han visto cómo sus cifras de audiencias se han disparado. El mundo está pendiente de todo y cada pocos minutos actualizan sus redes sociales con la esperanza de buenas noticias. Pero su credibilidad ha pasado a estar en el punto de mira a causa de los bulos que circulan desde que el COVID-19 comenzó a propagarse. Entre ellos, teorías conspiranoicas, bulos sobre prevención, formas falsas de contagio o supuestas declaraciones de expertos que en realidad no lo son.
Aún es fundamental para un periodista ir al lugar de los hechos, como residencias de ancianos o bloques de vecinos. El comunicador es consciente de que hacer su trabajo en estos tiempos es sinónimo de ponerse en peligro a sí mismo y a aquellos que entrevista. Sin embargo, ha de exponerse al coronavirus para poder ejercer su servicio social como fuente de información.
Para evitar dar con noticias falsas, lo mejor es seguir los consejos de las autoridades sanitarias de cada país y los portales de cada Comunidad Autónoma. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha expuesto en su web una guía que pretende destapar bulos.