ANDREA NAVARRETE DEHOLLAIN | Fotografía: Andrea Navarrete
Cuando caminas por una sala y a través de una sola obra de arte comprendes el tránsito de un siglo a otro, estás delante de una pieza magnífica, una pieza genial. Y el arte al final es eso, el momento donde un lienzo refleja años, décadas y hasta siglos.
El Museo Patio Herreriano dio la bienvenida la semana pasada a una nueva exposición: “The Sound of Silence. Iconografías 2.0”. Situada en la segunda planta del museo, que alberga el arte más moderno de Valladolid, supone una nueva forma de comunicación, una manera de transmitir a través del silencio.
Te encuentras rodeado de colores y matices, de texturas y movimientos, de sombres y luces. A eso suena el silencio. Un arte que pretende recopilar características de su tiempo, de una época, de un momento específico. Y a partir de ese instante, cuando el ojo se detiene en aquel cuadro azul gigante del fondo, o la paleta de colores pantone, en ese entonces somos un emisor.
“The Sound of Silence” es posible gracias a la fundación ENAIRE y la Asociación Colección Arte Contemporáneo que se encuentra en este Museo. Las piezas de ambas se convierten en cómplices de esta aventura, de ese silencio que se esconde detrás de cada lienzo, pero que con el movimiento de un trazo nos cuenta esa gran transición del siglo XX al XXI.
Explica Ángeles Imaña, comisara de la exposición, que la clave para seleccionar las piezas es haber escuchado «el sonido de su silencio, su mensaje”. Puede ser un solo color el que determine todo el mensaje como sucede con el cuadro verde gallego de la derecha. «Es un esquema elemental de construcciones más antiguas», explica. O la armonía de la composición de ese cuadro azul del fondo que procede del aeropuerto de Barcelona: es un fondo tan azul que sugiere el mar y casi tocar la arena.
Entonces el arte es el testigo del paso del tiempo. «La idea es un contrapunto al museo de la escultura, a la iconografía clásica en la que nos adoctrinaban en la facultad y una comparativa con la iconografía 2.0: lo que está ocurriendo aquí y ahora”, explica Imaña. Las piezas no solo contemplan un arte completamente moderno, su sencillez es lo que parece representar mejor el minimalismo de este nuevo siglo.
Un título curioso para una exposición de arte, pero con un objetivo concreto. “Lo que estamos buscando es el mensaje de cada una de las obras, qué nos están contando, por qué las obras son hijas de su tiempo y como nos decía Kandinsky porque tienen que contar la mentalidad colectiva de la época”, comenta la comisa de la exposición.
Las piezas se encargan de contextualizar al espectador, y por esto cada ojo que se detiene en ellas se convierte en un emisor, ahora llega el momento de difundir el mensaje que te trasmitió el sonido del silencio. Según Imaña, «son piezas que nos están contando lo que está pasando ahora mismo con la sociedad; de hecho , prácticamente todas las obras, a excepción de tres esculturas, están creadas de los años 2000 hasta nuestros días”.
Nos rodeamos de piezas que no tienen más de 16 años. Es precisamente el aquí y ahora, ese es el mensaje principal de la exposición. Y bien, ¿qué es lo que está pasando aquí y ahora? “Lo que está pasando ahora es la Revolución Digital que tenemos la suerte de poder vivir”, explica ella.
Agrega muy agradecida que es un “traje hecho a la medida” porque el Museo Patio Herreriano puso a su disposición su colección Patio Herreriano para abarcar las dos salas, la 6 y la 7 de la segunda planta. La idea es centrarse en las obras más modernas y de producción reciente. Ella explica: “Salió un vals que se baila entre dos colecciones, qué está contando este autor y cómo lo podemos complementar con otra pieza, primero fueron parejas de baile y luego se fueron cerrando círculos en la preocupación por los mass media, los medios de comunicación, y otros”.
Es una exposición que dota de la inmediatez que caracteriza al siglo XXI, el aquí y ahora es lo que realmente representan los años 2000. Todo esto plasmado en “The Sound of Silencie” a orillas del Pisuerga y con unos días fríos. Un proyecto que tiene ya dos años y por fin vislumbra su fin. La inauguración tuvo lugar el 24 de noviembre y estará abierta al público hasta principios de febrero.