ESTEFANIA CHAMORRO / Fotografía: ESTEFANÍA CHAMORRO
El proceso de documentación y recopilación de información es fundamental para el desarrollo del trabajo periodístico. El archivista Joaquín Pérez García, con su conferencia “Fondos especiales del archivo del AMVA”, vino esta semana a la facultad para explicar a los alumnos la importancia de su trabajo. Pérez es técnico en reproducción, tratamiento y gestión de imágenes del Archivo Municipal del Ayuntamiento de Valladolid, por lo que su labor principal es la clasificación y digitalización de todos los documentos que llegan a este organismo. Durante la charla, enmarcada dentro del ciclo de ponencias “Los Archivos Municipales – Historia Viva”, explicó las dificultades de su trabajo.
Joaquín se formó en la Universidad de Valladolid, posteriormente estudió en la Universidad Camilo José Cela y actualmente se encuentra realizando su tesis sobre los carteles referentes a las ferias de la ciudad. Desde 2005 es el responsable de la reprografía del archivo del ayuntamiento pucelano, desde la que atiende cualquier petición que los medios de comunicación necesiten para sus artículos o en el que trabaja incluso para casos judiciales. Pese a que su trabajo no es fácil, durante su ponencia agradeció el crecimiento que han tenido los archivos en los últimos años. “Las bibliotecas han contado siempre con una gran ventaja frente a los archivos, porque están más desarrolladas; actualmente, hemos conseguido que los archivos se desarrollen hasta poder alcanzar a las bibliotecas”, aseguró. Para la laboriosa tarea de la digitalización, en el archivo vallisoletano cuentan con un escánear encargado de transformar todos los documentos que llegan a este departamento: láminas, pergaminos, álbumes, periódicos, grabados, fotografías, carteles, etc.
El archivo dispone de varios métodos en la obtención de estas muestras históricas. Pueden ser generados por las propias entidades, como en el caso de los planos urbanísticos, los mapas geográficos, los gabinetes de prensa que redactan noticias, filman imágenes o graban documentos sonoros, o lo que Pérez García denomina “sin fin”, es decir, los libros de actas. Otra de las vías para conseguir archivos es mediante las donaciones que realizan los vallisoletanos. “Muchas veces la gente no se da cuenta de que verdaderas joyas en casa; álbumes de fotos, carteles o láminas que van pasando de unas generaciones a otras y que quedan en un cajón olvidadas”, comentó. «En esos casos suelen donarlas generosamente al archivo”. El último método es la adquisición de estos materiales, aunque es procedimiento menos común debido al gran coste que suelen suponer.
En el archivo municipal se encuentran con otra traba; el tamaño de los documentos. Debido a que el escáner tiene unas medidas inamovibles, muchas veces tienen que ingeniar los recursos menos adivinados para poder digitalizar una imagen. “Recuerdo que tuvimos un cartel sobre las ferias de Valladolid del año 1936 que medía dos metros. Como nuestro escáner no alcanza esa medida tuvimos que descolgar el cartel desde un balcón para que el dispositivo pudiera escanearlo entero” aseguró el archivista.
Pérez protagonizó con su relato una de las mesas redondas del II Curso Internacional Aprender a Historiear, que finalizará esta mañana de viernes con la presencia de los profesionales de la UVa Enrique Berzal de la Rosa y María Pilar Calvo Caballero, a partir de las 9:00 horas en el Salón de Grados.