ANDREA GUTIÉRREZ CORTINES | Fotografía: Sandra Fernández
Entre cervezas, teteras y bizcochos ecológicos, la Liberia Café La Otra esperaba el inicio de la presentación del libro IBEX 35: Una historia herética del poder en España de Rubén Juste. Pasadas las 19:00 horas, uno de los socios de la librería, Guillermo Naiz, introdujo al autor ya sus dos acompañantes.
Fernando Valiño, reconocido periodista vallisoletano, abrió la ponencia aportando su propia experiencia con el libro. El miembro de Último Cero aseguró que la obra representaba, no solo las situaciones económicas presentes y pasadas y las puertas giratorias, sino que mostraba un día normal en la vida de cualquiera. «El libro empieza narrando un día en la vida de Rubén, o tuya, o mía, o de cualquiera. Una introducción que describe los pasos que damos cuando nos levantamos», comentó.
Acto seguido tomó la palabra su compañero Javier Gutiérrez, profesor de economía aplicada de la Universidad de Valladolid y miembro de ecologistas en acción que, igual que Valiño, ofreció a los curiosos presentes en la librería su opinión sobre la obra. «Es un libro ameno, se puede leer en dos o tres días», aplaudió. No obstante, el reconocido economista también quiso mencionar algunos aspectos de la obra que se le quedaban cortos. Por ejemplo, Gutiérrez considera que algunos datos aportados en la obra, como el número de baños de Miguel Boyer y la vida sentimental de Vargas Llosa, le resultaban irrelevantes. También encontró en falta un análisis más profundo de la economía castellanoleonesa.
A pesar de esto, y tras varias aclaraciones del propio Rubén, llegamos a la parte que tanto tiempo llevaban esperando los presentes. Pasadas ya las 19:45 y con el ruido de la cafetera de fondo, el autor comenzó su presentación, la cual se basó en un recorrido cronológico de la economía española con la explicación de algunos de los momentos que el autor consideraba claves. Estos momentos abarcan, más o menos, desde 1992 y hasta la actualidad. Aunque también quiso destacar algunos previos a esta etapa, como la entrada en 1980 de España a la Unión Europea y su consiguiente reconversión a las innovaciones que esto implicaba. «No fue solo una transición política, sino también económica», aseguró Juste, mientras añadía que «las constructoras ocupan un espacio que antes ocupaba la industria».
Rondando ya las 20:30 horas de la noche, Juste habló sobre otro de sus momentos, que podría haber sido el culpable del detrimento económico que vino después. Ese momento es 1992, año en el que se crea el propio Ibex35, formado por las 35 empresas pertenecientes a las cuatro bolsas españolas. «Cuando yo analizo ese PSOE de 1992 aparecen 46 consejeros del Ibex35 que proceden de su gobierno» afirmó el autor, mientras comentaba que esto suponía que, aproximadamente, un 40% de las empresas pertenecía a los socialistas. A la vez, comentó otro dato bastante importante de ese año: las Olimpiadas. La importancia de estas recaía en que, según el autor, «el segundo grupo de poder más importante, justo detrás del PSOE, fueron las élites franquistas».
La noche caía sobre la calle Juan Mambrilla. Fueron pocos los rezagados que llegaron cuando la presentación estaba concluyendo y, de igual manera, fueron pocos los que se marcharon antes de que esta concluyera. Fue entonces cuando decidió explicar la cara oscura del poder económico, el patrimonialismo, el cual estaba enmarcado en otro de esos momentos clave del autor. «Tenemos unas elites que no permiten perder el poder […] y esto sucede en épocas conflictivas» explicó Juste, aclarando que por esta razón recurren al patriotismo y a la ayuda pública.
Para concluir con la ponencia de Ibex35: Historia herética del poder en España, Juste presentó la situación actual del nuevo Ibex. Lo definió como cada vez menos español. Black Rock, empresa de Nueva York, es el principal inversor de varias compañías españolas como Telefónica.«De 2012 hasta ahora aparece un nuevo Ibex», concluyó.
Tras esto se dio paso a la ronda de preguntas. Pocos fueron los valientes que, entre grandes silencios, se atrevían a alzar su voz entre los presentes en la cafetería. Las más destacadas fueron las que versaban sobre su papel en Podemos y las posibles repercusiones de esto sobre su libro. De igual manera, y directamente relacionada le preguntaron por el Tramabus que, igual que en el caso anterior, afectó en la publicación y venta del libro. A pesar de estos problemas, Rubén Juste se despidió de su público, agradecido por su presencia.