BLANCA BUENADICHA ALONSO | Fotografía: Javier Ayuso |
Al igual que los estudiantes, los trabajadores también se ven afectados por la situación causada por el COVID-19. Uno de ellos es Javier Ayuso Santamaria, ex-alumno de periodismo en la Universidad de Valladolid. Actualmente, trabaja como redactor en la versión de Castilla y León del diario El Mundo.
Pregunta: ¿Cómo acabó trabajando en El Mundo?
Respuesta: Empecé hace algo más de un año. Fue mediante la Funge, ya que dan oportunidades para personas que recién se han graduado. Yo lo hice en 2018 y en marzo de 2019 salieron estas prácticas en El Mundo, en su versión de Castilla y León. Sin tener mucha esperanza, me seleccionaron y comencé a trabajar en abril de 2019 con una beca de seis meses. El verano se acabó y me ofrecieron un contrato profesional de otros seis meses, que se me acabó el 30 de marzo de este año. Ahora estoy en un segundo contrato de cuatro meses. Por lo cual, estoy bastante contento de ser un neonato en el periodismo y haber conseguido una oportunidad. Porque no abundan.
P: ¿El hecho de hacer prácticas le ha ayudado a conseguir el trabajo?
R: Las prácticas son básicas. No solo para acabar la carrera, sino también es la acción para iniciarse en algo que, quizás, no te guste en una empresa. Y ahí entra la cuestión ¿esto será lo mío o no lo será?. Es empezar a verse dentro del mercado laboral, que es bastante importante. Y creo que, a partir de todo esto que está pasando, va a estar peor… Es básico empezar a hacer prácticas cuanto antes para empezar a coger soltura y para ver tu potencial.
P: ¿Tras el inicio de la pandemia del COVID-19, cómo trabaja telemáticamente un periodista en El Mundo?
R: Bueno, mi experiencia con el trabajo telemático inició el 16 de marzo. A nivel personal, prefiero ir a la redacción. Es decir, estás en un ambiente de trabajo. La rutina en estos casos es muy necesaria. En casa necesitas una disciplina muchísimo mayor y debes tener una fuerza de voluntad superior. Si que tenemos facilidades. Por ejemplo, tenemos terminales de teléfonos que funcionan como fijo. Además de diferentes programas de ordenador que nos permiten conectar con nuestro ordenador en la redacción, por lo menos aquí en Valladolid. La redacción de El Mundo diario de Castilla y León tiene conexión directa. Digamos que es como si estuviese un fantasma en la redacción.
P: ¿Cómo se informa la redacción de El Mundo sobre el coronavirus mediante el teletrabajo?
R: Organizarse es difícil en cuanto a mantener una disciplina. Pero, una vez que se consigue, es una rutina inicial. La única diferencia es que tardo menos en llegar a la redacción porque hay menos tráfico. Además de que me pueda parar la policía. Otra diferencia es la carga de trabajo. Es superior, porque estamos en una situación inaudita. La información es contingente y muy necesaria. Hay que hacer un ejercicio de responsabilidad periodística para no difundir bulos y para no caer en la crítica atroz. También ser razonables. En especial nosotros, ya que los periodistas somos los que están allí transmitiendo la información. Hay que andar con pies de plomo.
P: ¿Cuándo aún estaba estudiando la carrera pensaba que acabaría en este trabajo?
R: No soy una persona que se plantea que este trabajo es el de mis sueños. Yo solo quería trabajar y se me dio la oportunidad. De aquí a diez años no sé dónde voy a estar. Me considero un obrero del periodismo. Lo mío es picar y picar y construir paredes. Ahora mismo yo no me cambiaba de puesto de trabajo por nada.
P: ¿Qué le pareció la carrera de periodismo en la Universidad de Valladolid?
R: Los estudios de periodismo en la UVa, como en todas las universidades, tienen carencias pero también muchas cosas buenas. En cuanto a las carencias, está la poca apuesta que hace la propia Universidad por la carrera. Es decir, tenemos un estudio de radio que costó muchísimo que se materializase. Creo que la propia Universidad tiene que convencerse de que tiene ahí un filón. Tiene una cartera bastante buena.
Además, si se va viendo a los profesionales que han salido de nuestra carrera, se ve que hay gente bastante válida. Por lo cual, cuantas más herramientas nos den a los alumnos para avanzar, más prestigio logrará la propia carrera. No olvidemos que esta carrera, si no es la segunda que más alumnos ingresa cada año, es la tercera. Hay mucha gente en al carrera, pero eso no se corresponde con la apuesta que hay por ella.
La parte buena están en los profesores. Hay muchos profesores muy implicados, como puede ser en Inform@UVa. Un proyecto que saca adelante, si no me equivoco, Pilar Sánchez. También el ciclo de cine, por parte de Mercedes Miguel. En cuanto a la docencia, hay mucha teoría que, cuando se llega a una redacción, no nos sirve de nada. Necesitamos dar un paso más en cuanto a la importancia de los contenidos más prácticos. Y, sobre todo, que nos hagan ser más ágiles.
P: ¿Qué consejos le daría a un estudiante para poder conseguir un puesto así en el futuro?
No me veo capacitado moralmente de dar consejos tras llevar un año trabajando. Lo único que sí que puedo hacer es reflexionar sobre la importancia de la formación constante. A veces se nos exige saber más de los que se nos enseña, como las peleas con Excel. Yo estoy con un máster, por suerte, de periodismo de datos de investigación y este programa me sirve para realizar diferentes gráficos o infografías.
En este trabajo se necesita, no solo una formación, sino también una constancia en el trabajo. Nos planteamos qué queremos hacer en cualquier especialidad y lo único que se tiene que hacer es formarse. A partir de ahí, cualquier mínima oportunidad que se plantee, agarrarla.