NOELIA SANZ JULIÁN | Fotografías: Javier Fajardo y Martina Sanchez |
«Los comienzos fueron rápidos», relataba Javier Fajardo, el director del Coro de la Universidad de Valladolid desde hace ya 8 meses con tan solo 25 años. Nació en Viveiro (Galicia), lugar donde inició sus estudios en el conservatorio a la edad de 8 años cuando se estrenaba con el piano y, más tarde, con el clarinete. Desde muy joven ha participado en diferente coros, bandas y orquestas del territorio español, pero también en el ámbito internacional. Actualmente dirige el coro de la Universidad de Valladolid, el cual fue fundado en torno a 1950 y ha estado formado desde entonces por estudiantes, profesores y personal de la universidad. Asimismo, se debe destacar que dicho coro está compuesto por 50 artistas que nos enriquecen con sus célebres voces.
Noelia: Hola Javier, lo primero quisiera felicitarle por su reciente nombramiento. ¿Cómo lleva estos meses como director?
Javier: Muchas gracias, estoy muy contento. Los comienzos fueron rápidos y la adaptación también lo fue, por lo que me resultó sencillo conocer a los miembros de una forma más rápida y sencilla.
N: Usted dijo que quería aportar frescura y nuevos formatos, ¿cree que ha alcanzado los objetivos propuestos?
J: Los objetivos que me planteo en el coro son a medio y largo plazo. Ahora estamos trabajando para conseguir un instrumento sólido y luego poder desarrollar los objetivos más positivos para el coro.
N: Usted trabaja dirigiendo a 50 artistas, ¿se siente a gusto con su nuevo equipo?
J: Sí, por supuesto. Al tener un proceso de adaptación muy rápido y los tempranos conciertos y eventos universitarios, me llevó a aprenderme sus nombres más rápido y tener una relación mucho más cercana y positiva. En cuestión de meses parecía que llevaba años junto a ellos.
N: Su primera oportunidad cómo director del coro fue a los 17 años, ¿quién le brindó esa oportunidad? ¿Cómo fue?
J: Mi primer cargo directivo fue en mi provincia natal en Galicia, en una parroquia. Comencé preparando las misas del domingo y a partir de ahí fui evolucionando.
N: Tras 8 meses con su nuevo equipo, ¿cambiaría algo?
J: Yo creo que no, ahora mismo estoy trabajando para que el trabajo técnico sea mejor, pero en cuanto al funcionamiento del coro no cambiaría nada ya que funciona muy bien debido a que se separa muy bien el trabajo de cada uno: en mi caso me compete el trabajo musical y es un placer tener un presidente, archivero, tesorero…, es decir, todo lo que necesito lo tengo en el equipo y estoy muy contento.
N: Esta gran evolución debe de venir de un gran trabajo continuo, ¿cuántas horas ensayáis a la semana?
J: Ensayamos normalmente 4 horas a la semana: 2 horas los miércoles y 2 horas los viernes. Pero habitualmente solemos realizar algún taller y nos reunimos para trabajar juntos y formar un grupo humano, que siempre es mucho mejor.
N: ¿Cuáles son los requisitos mínimos para formar parte del coro?
J: Lo principal es tener voz, oído, ganas y ser miembro de la UVA.
N: Usted se caracteriza por la evolución y el trabajo continuo. Tras el segundo puesto en la 7th International Choral Conducting Toward Polyphony en Polonia, esto le sirvió para iniciar un proyecto en Alemania. ¿Cómo lleva su nuevo proyecto?
J: Ese proyecto finalmente no se llevó a cabo debido a que comencé a dirigir en este coro y tuve que dejarlo para un futuro. Además tengo la gran suerte de que están contando conmigo para muchos actos y actividades del mundo coral: por ejemplo, este mes voy a estar una semana en Estonia, participaré cómo jurado en un concurso de Avilés además de desarrollar varios talleres, uno en Valladolid y el otro en Laredo, Cantabria. El segundo puesto en Polonia y diversos logros me están ayudando a hacer actividades con otros coros pero sin perder de vista el Coro de la Universidad que es lo más importante para mí.
N: Actualmente, ¿qué es lo que significa la música para usted?
J: La respuesta fácil sería decir que es todo, pero como buen gallego te contesto con una pregunta. Es como si me preguntases: «¿qué es un padre o una madre para ti?».
N: Siempre hay que aspirar a más, ¿qué planes de futuro tiene?
J: Mi objetivo siempre es crecer con paso firme y seguir disfrutando de la música, que es lo más importante.
N: ¿Le gustaría crear un disco cómo hizo José Martín Gonzalez, un antiguo director de la UVa, titulado ‘Van por el aire’?
J: Ahora mismo mis objetivos son otros, pero cuando vea que el coro alcanza un nivel adecuado para ello seguro que lo desarrollaremos.
N: Se formó de las manos de Miguel Romea y Andrés Salado. ¿Continúa aún bajo sus manos? ¿Cuánto tiempo lleva trabajando junto a ellos?
J: La labor formativa en un director nunca termina. Ellos dos son personas muy importantes para mí y me enseñaron a ver la música desde un punto de vista que jamás había visto; por eso sigo formándome con ellos en Madrid. Llevo trabajando con ellos unos 3 o 4 años.
N: Tras todos estos años habrá estado con muchos profesores y directores. ¿Recuerda a su primer profesor o director de una manera positiva? ¿Qué le aportaron?
J: Todos mis directores y profesores me han aportado algo ya que todos te aportan algo especial, pero recuerdo a mi primer profesor de música con mucha alegría e importancia ya que formó el coro de la escuela. Llegamos a ganar concursos a nivel autonómico y estoy seguro de que esa pasión por la música me viene de él.
Javier Fajardo se despidió con un apretón de manos y se alejó, dejando una huella en Inform@UVa sobre la importancia que tiene la música y, en especial, el coro para los alumnos de la Universidad. Porque, al fin y al cabo, ¿qué haría el ser humano sin la música?