ANA GIL ARIAS | Fotografía: Mayela De Castro
La sociedad ha cambiado. Su manera de pensar, los valores que defiende y sus ideas sobre cómo mejorar el mundo no son las mismas que hace 20, 30 o 40 años. Y eso está bien, porque significa que ha habido una evolución.
Gran parte de esta evolución se debe al uso de las nuevas tecnologías, principalmente Internet y las redes sociales. Gracias a ellos, las personas, como individuos dentro de una sociedad, podemos compartir nuestros pensamientos, ideas y opiniones. Uno de los mejores temas para poner en práctica este sistema de comunicación es la política. Cada uno de nosotros tiene una forma de opinar y de entender la política, lo que propicia la aparición del debate. Defender nuestras ideas, escuchar las del otro y llegar a una conclusión de manera civilizada debería ser el objetivo principal en un debate político.
Sin embargo, no vivimos en un mundo ideal. Hay gente que aprovecha esta nueva situación para sembrar la duda y la confusión entre la población. Y es que, a pesar de estar viviendo en la era de la información, estamos más desinformados que nunca. Hay tantas noticias circulando por ahí que, en ocasiones, cuesta distinguir lo que es cierto de lo que no.
Y ahí es donde está el problema. Como no se puede distinguir, mucha gente esparce rumores políticos u oculta parte de la información para favorecer a un partido o a otro. Y, cuando un periodista o medio emite cierta información, la audiencia, que ha sido engañada en otras ocasiones, desconfía.
Esta situación ha generado un sentimiento de recelo hacia todos los profesionales de la comunicación. A pesar de que no es algo exclusivo de España, nuestro país es uno de los más perjudicados. El interés por la información no ha dejado de caer desde 2015. No es de extrañar. Desde el punto de vista político, España ha sufrido muchos cambios desde ese momento. Ha habido varias elecciones, en las que cada partido ha aprovechado las redes y los medios afines para difundir información que pudiera favorecerlos. También, han publicado todo aquello que pudiera perjudicar a los oponentes.
Los periodos electorales son siempre complicados, y es lógico que los partidos utilicen todos sus recursos para ser votados. El problema está cuando se inventan información o la manipulan. Por eso en las últimas elecciones ha habido menos votantes que en las anteriores.

Además, tampoco hay una manera clara de comprobar si una información es cierta o no. Internet, que se supone que debería ayudar a descubrir la verdad, entre otras cosas, hace justo lo contrario. Google, Facebook, Twitter, todos ellos seleccionan la información que muestran a los usuarios, ocultando todo aquello que no interesa que se sepa.
Por todo esto, el periodismo a fondo, independiente, que de verdad busca informar a la gente y no lucrarse con informaciones falsas apenas tiene credibilidad. Todo el trabajo que realizan estos profesionales no es apreciado ni valorado, ya que la gente lo interpreta como una mentira más. Por eso es tan importante que existan más organizaciones como CIVIO. Para aquellos que no lo sepan, CIVIO es un grupo que trata de mejorar la calidad democrática en España. Algunas de sus especialidades son el análisis de la información, el diseño de software y el desarrollo de negocios.
CIVIO lleva diez años transmitiendo información sin ánimo de lucro. Puede parecer increíble que haya formaciones así, pero ellos lo han conseguido gracias a que han prescindido de la publicidad y contenido cerrado al lector. Su contenido no se basa en declaraciones, sino en hechos. Tampoco tienen reparos a la hora de pedir disculpas si se han equivocado y han transmitido una información falsa. Para ellos, el interés general es mucho más relevante que el dinero. Por eso no transmiten tanta información diaria como los medios tradicionales, porque prefieren calidad a cantidad. Invierten días, incluso semanas, en cada una de sus investigaciones.
El 2022 se está acabando. Todos somos conscientes de lo que va a suceder el año que viene: las elecciones generales. Dentro de muy poco tiempo, las redes e Internet en general se llenarán de noticias falsas. De informaciones que, como ya sabemos, se utilizarán para engrandecer las virtudes y defectos de unos y otros. Empezarán, de nuevo, las estadísticas y sondeos, que pronosticarán una cosa, aunque luego suceda lo contrario. Volverá el juego sucio y la manipulación. No nos podremos fiar del todo de los medios tradicionales, puesto que muchos siguen los intereses de las grandes empresas propietarias.
Es en estos momentos cuando el periodismo independiente es más importante que nunca. Está bien no fiarse de todo lo que se lee en Internet, se escucha en la radio o se ve en la televisión. Es fundamental que uno contraste en varios medios toda la información que recibe. Tampoco está mal que haya cierta desconfianza, puesto que seremos más difíciles de manipular.
Pero no todos los medios tratarán de engañarnos. CIVIO es solo un ejemplo de los grupos de periodismo independientes que existen. Hay varios, como Maldita.es, que desmentirán todos los bulos y falsas informaciones que se transmitan. De esos grupos es de quienes más deberemos fiarnos a la hora de obtener información, puesto que anteponen el interés general por encima de cualquier cosa.