Matteo Tomasoni, Rodrigo González e Iris Pascual son nombres que quizá no nos suenen, pero dentro de la Facultad de Filosofía y Letras cumplen un papel fundamental. Los tres son investigadores de la rama de Historia y, en la actualidad, además de investigar en sus tesis, imparten de forma compartida una asignatura dentro de la Licenciatura de Periodismo. Nos acercamos a su centro de trabajo, donde, reconocen que echan «muchas horas», el Centro de Investigaciones Históricas de la facultad.
Lo primero que queremos saber es de dónde vienen y de dónde viene su pasión por la Historia. Matteo nos dice que «salta a la vista» que no es español, sino que proviene del norte de Italia, una zona «verdaderamente afectada por la Guerra Mundial y en la que la Historia es algo muy asumido». Antes de pasar por la Universidad de Valladolid ya estuvo en Trieste y en Bolonia, donde dice «hay diferencias notables en muchos aspectos con las universidades españolas». Él investiga sobre el desarrollo del fascismo en España.
Iris Pascual es palentino y reconoce que su pasión por la Historia le viene «desde siempre» ya que era «negado para todo tipo de ciencias», cuenta entre risas. En este momento se encuentra en su segundo año de la investigación donde trata el cine como fuente histórica contemporánea en México, para lo que se ha desplazado durante «tres meses intensos» a este país para aprender de primera mano el tema de su investigación. Precisamente en este viaje le comunicaron que «este año impartiría una asignatura dentro de la Licenciatura de Periodismo». Al principio, reconoce que no le agradó mucho, ya que «esa asignatura se escapa al ámbito del tema de la investigación y no ayuda a complementar ese trabajo».
Por último, Rodrigo González es abulense y, a pesar de que comenzó a estudiar Biología, pronto se dio cuenta de que lo suyo eran las Humanidades. Cuenta que se le daban bien las ciencias y «por eso familiares y profesores» le animaban para que estudiara por la rama de ciencias «ya que tenía mejor futuro». Por esto empezó la carrera de Biología, «como una concesión», ya que al poco tiempo redirigió su camino hacia la Historia. En este momento se encuentra investigando sobre el proceso de transición de las instituciones locales.
Los tres no dudan en reconocer que el trabajo de investigación «es duro» y en estos momentos es algo «poco reconocido» sobre todo en el área de las humanidades. De hecho, cuentan que muchos de sus amigos los consideran «unos vividores», pero detrás de su labor no solo está la de investigar en el despacho, sino que su trabajo se reparte, cuenta Rodrigo, entre «las bibliotecas, para documentarse, conferencias, publicaciones… además de la labor docente«. Iris añade que «sí es cierto que es necesaria la investigación en ámbitos como la medicina o la física, pero en ramas de humanidades como la historia o la comunicación también es fundamental» y, consideran, que es algo que no se mide igual.
De hecho, extrapolan la protesta al ámbito universitario en general y los tres se muestran de acuerdo en afirmar que «en prensa no se habla de los recortes ni de las protestas por las investigaciones en humanidades», pero sí en ámbitos científicos. Reconocen a su vez que les sería imposible «llevar a cabo estas labores sin una ayuda de becas» que les permita viajar, investigar y sostenerse económicamente.
Como labor docente, se encargan de impartir la asignatura de Teoría e Historia del Periodismo que, reconocen, no tiene mucho que ver con sus distintos temas de investigación, lo que les ha llevado a «perder bastante tiempo en preparar apuntes y clases diarias» en temas que no van a servir de soporte a su trabajo investigador, aunque admiten que dar clase es algo que les gusta y que además se «deben a los alumnos, que no tienen por qué verse afectados». Además cuentan que a pesar de su posición de profesor muchas veces se sienten «más entre los alumnos que en una posición de profesor» ya que no olvidan que «hasta hace unos cuantos años» ellos ocupaban esos asientos de alumnado.
En cuanto al planteamiento de las investigaciones de las tesis doctorales dicen que «tiene bastantes problemas en la organización desde la Universidad» ya que «exigen demasiadas cosas». Los tres admiten también que pierden «demasiado tiempo en papeleos» debido a la «fuerte burocracia que existe dentro de la Universidad» para la que hay que entregar «memorias y documentos para todo» y es un proceso que «roba mucho tiempo para otras actividades más interesantes para la investigación». A su vez destacan de la Universidad que es uno de los organismos con «mayor jerarquía que existe, detrás de los bancos» y esto es un punto negativo «para el planteamiento de nuevas propuestas e ideas renovadoras».
A esto se suma la situación actual de crisis, a la que apunta Matteo que «no es solo una crisis económica y financiera, sino que existe una crisis moral muy fuerte». Él conoce bien la situación en dos países duramente afectados como son Italia y España y admite abiertamente que actualmente lo que ocurre es que «roban el futuro» porque «están dejando escapar a personas realmente preparadas a otros lugares».
Poco a poco van redirigiendo la conversación hacia un punto en el que historia y periodismo se encuentran y respecto a ello dicen que en sus clases «intentan dar una visión amplia de los medios de comunicación, generar debates, ver las evoluciones y cómo hemos llegado hasta ahora». En lo que también coinciden es en asegurar que en la actualidad «hacen falta audiencias y personas críticas y comprometidas», que protesten por lo que existe actualmente y que también «sepan abrir sus miras a otros puntos ideológicos» ya que «el leer o consultar solo medios de comunicación que son afines a nuestros ideales no es nada positivo».
Y así, viran hacia un debate en el que hay un acuerdo final y admiten que «el futuro del periodismo está en medios de comunicación más pequeños, alejados de las grandes empresas periodísticas y de los intereses» aunque Iris, con un toque algo más realista, apunta a que «se lee cada vez menos prensa, incluso de los grandes medios« y no está seguro del éxito de empresas más pequeñas pero más completas, aunque habrá que intentarlo.
(*) Texto: Ana Isabel M. Cordobés @ana_Cordobes; Imagen: Maje M.S @ladymaje