NOELIA GÓMEZ SÁNCHEZ  |  Fotografía: Flickr |

Durante más de dos décadas, Cuéntame cómo pasó no solo ha sido una serie de televisión, sino un auténtico documento audiovisual acerca de la historia reciente de nuestro país. Desde su estreno en el año 2001, esta ficción de TVE ha logrado algo que pocas series producciones consiguen: traspasar la pantalla para convertirse en parte de la memoria colectiva de un país y, simultáneamente, en un punto de encuentro generacional en los hogares.

Una crónica de España a través de la familia Alcántara

Narrada desde la perspectiva de Carlos Alcántara (Ricardo Gómez), la ficción nos ha guiado por los acontecimientos más importantes de la segunda mitad del siglo XX y los inicios del XXI, mostrando los cambios sociales, políticos y económicos que han marcado a España. Desde el franquismo hasta la llegada de la democracia, pasando por la crisis económica, la modernización del país y la repercusión de la globalización, Cuéntame ha sido una auténtica clase magistral de la historia de este país contada con humanidad y cercanía.

Desde la victoria de Massiel en Eurovisión, episodio inicial de la serie, hasta la Expo de Sevilla, pasando por los atentados de ETA y el intento de golpe de estado del 23F, la serie ha sabido plasmar con fidelidad los hitos que definieron a una sociedad en continua transformación.

La política también ha estado muy presente en la serie, con figuras clave como Adolfo Suárez y Felipe González. Pero más allá de los grandes acontecimientos nacionales, la serie también ha mostrado la importancia de los orígenes y las raíces familiares, representadas por Herminia, Antonio, Mercedes y su pueblo, Sagrillas.

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Uno de los aspectos más emotivos ha sido la presencia del barrio de San Genaro, una representación de la sociedad española donde la solidaridad y el sentimiento de comunidad estaban siempre presentes. La ficción incluso llegó a retratar la pandemia del coronavirus y su repercusión en la sociedad, dedicando un capítulo especial a los abuelos, quienes han sido pilares imprescindibles en la historia de muchas familias.

Representación

La familia Alcántara, con sus luces y sombras, representan a tantísimas familias españolas que han pasado por momentos de incertidumbre, alegrías y retos. Gracias a un guion bien documentado y un elenco de gran nivel, la serie ha conseguido que los espectadores se identifiquen con sus personajes y con los acontecimientos que van superando.

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La capacidad de la serie para tratar los cambios históricos con realismo se debe, en buena medida, a su cuidada documentación. Cada capítulo ha reconstruido con detalle la vestimenta, la música, los programas de televisión, los periódicos e incluso los anuncios publicitarios de cada época, adentrando a los espectadores en un viaje nostálgico, pero a la vez didáctico.

Un vínculo entre generaciones

No obstante, Cuéntame cómo pasó ha sido mucho más que una ficción histórica. Para muchas familias, ha simbolizado un momento de unión, una tradición que, en la era de las plataformas y la inmediatez, parece cada vez más difícil de hallar. En un mundo en el que los contenidos están disponibles bajo demanda y cada persona consume lo que quiere cuando quiere, esta serie ha logrado que muchas familias se junten alrededor de la televisión, semana tras semana, para compartir una misma historia.

Abuelos, padres y nietos han descubierto en Cuéntame un lugar de vínculo. Para los mayores, la serie ha servido para poder rememorar su juventud y narrar a sus descendientes cómo era la España en la que se criaron y crecieron. Para los más jóvenes, ha supuesto una oportunidad de conocer, a través de una serie entrañable, los cambios que vivieron sus familias y su país.

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Las conversaciones generadas alrededor de la serie han sido una de sus mayores fortalezas. Después de cada episodio, múltiples familias han compartido anécdotas personales, equiparando su propia historia con la de los Alcántara y reflexionando acerca de cómo ha cambiado la sociedad. Este debate intergeneracional ha contribuido a reforzar la memoria histórica y fortalecer la comprensión mutua entre los que vivieron aquellos años y quienes solo los conocen por los libros de texto.

Un ritual familiar en los tiempos de la inmediatez

En mi propia familia, Cuéntame ha significado mucho más que una simple serie de televisión. Cada semana, esperábamos con ansias el nuevo capítulo, compartiendo risas, comentarios y, en muchas ocasiones, lágrimas. En una época en la que el consumo de contenidos se ha vuelto individualizado, esta ficción nos hizo recuperar la magia de ver la televisión todos juntos, con la paciencia que se tenía antes.

Cada persona que haya seguido Cuéntame seguramente se haya sentido representada por alguno de sus personajes. En mi caso, Antonio Alcántara me recuerda a mi padre, con esa mezcla de severidad y amor. Toni Alcántara, sin lugar a dudas, sería mi hermano, persiguiendo su sueño de ser periodista y superando todos los obstáculos en el camino. Mercedes Fernández, en cambio, es el fiel reflejo de mi madre, mostrando una sonrisa a pesar de todos los inconvenientes. Mis abuelos, allá donde estén, estarían representados por «la abuela de España», Herminia, quien nos robó el corazón desde el primer momento en pantalla. Y yo, probablemente, sería una mezcla de los hermanos pequeños, Carlos y María.

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Estas situaciones de conexión han sido, para muchos, una de las razones por las que la serie ha conseguido permanecer en antena durante más de 20 años. A pesar de que actualmente la inmediatez domina el consumo audiovisual, con plataformas que nos proporcionan ver series completas en un solo fin de semana, Cuéntame nos devolvió el gusto de la espera y la intriga del siguiente episodio. Esa sensación de contar los días hasta el próximo capítulo, de conversar con la familia lo que podría suceder, de sentir que, por una hora a la semana, el tiempo se detenía para compartir una historia común.

Conclusión

Con el paso de los años, los personajes de Cuéntame han crecido con nosotros, y también nosotros hemos cambiado con ellos. Y aunque su final llegara hace dos años, su legado permanecerá en la memoria de quienes encontraron en ella no solo una historia, sino un momento compartido, un puente entre generaciones y una lección de historia relatada desde el corazón.

Más que una ficción, Cuéntame cómo pasó ha sido una experiencia, un viaje en el tiempo que, de alguna forma, nos ha unido a todos. Porque, al ver esta serie, todos hemos sentido que el mundo parece «más amable, más humano, menos raro«, como dijeron La cabra mecánica y María Jiménez en su canción La lista de la compra.