Mujer, moda, prensa… un siglo XIX libertario

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MICHELLE ORTEGA RIVERO  |  Fotografía: Michelle Ortega

La tarde vallisoletana del viernes 11 transcurría para varios lectores en la planta baja de la librería Oletvm. Una joven emocionada, asidua del lugar al que desde muy pequeña acudía a buscarse, presentaba su ópera prima, Moda y prensa femenina en la España del siglo XIX.

Varios hombres trajeados, jóvenes, parejas… de edades muy variadas, tomaban asiento con el volumen que se presentaba en la mano. Mientras la sala se llenaba, la autora, Ana María Velasco, conversaba con los que compartirían mesa con ella: Celso Almuiña, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Valladolid, y Germán Rueda, de ediciones 19 y catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Cantabria. El libro se encontraba de cara al público, en un atril y en la mirada de su creadora.

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Una presentación a tres

El primero en tomar la palabra, Germán Rueda. Tras un breve reclamo de la escasez de editoriales que publican obras centradas en los siglos XVIII y XIX, nos llevó al terreno de su trabajo editorial con Ana. «La preparación nos llevó 4 meses en los que nos escribimos innumerables cartas comentando correcciones», relataba el editor con un tono divertido. «Cuando el libro estaba terminado, Ana quiso releerlo y encontró 71 correcciones», continuó, despertando las risas de la protagonista y el público. «De todo esto, destacaría la capacidad de ilusión y perfección de Ana», concluyó Rueda, dando la palabra a uno de los principales pilares de la obra, Celso Almuiña.

La sala durante la presentación del libro. Fotografía: Michelle Ortega.
La sala durante la presentación del libro. Fotografía: Michelle Ortega.

El catedrático fue quien guió a Velasco durante la preparación del Trabajo Fin de Máster, donde se originó la obra expuesta. «Ana tiene una triple formación que le ha venido muy bien en esto: historiadora, historiadora del arte y periodista», pronunciaba con orgullo. Igualmente, destacó «la gran vertiente artística y la mirada de carácter periodístico» del libro que tenía justo delante. «Lo ha enmarcado dentro del mundo de la moda del siglo XIX, utilizando como referente a Luis XIV», relató para, después, asegurar que Ana sólo había tocado una de las ramas y que, «sin duda», continuaría con otras.

Ante la mirada de los asistentes, era el turno de la protagonista, Ana Velasco. Ligeramente tímida y sonriendo, empezó agradeciendo la presencia del público y de sus compañeros de mesa. «Mi trabajo está dedicado a la mujer», reivindicó la autora con seguridad. «¿En que se parecía a nosotros esa gente con corsé? Su vestuario les impedía vivir en el mundo«, cuestionó. La autora explicó la razón de la elección de este tema para su trabajo. Recordó algunas cosas que tuvieron su origen en el siglo XIX y con las que aún seguimos en contacto, como es el caso de la fotografía o la Coca Cola.

Prosiguió, con un tono ya más relajado, resumiendo las partes en las que se dividía su trabajo. En la introducción explica la razón de su tema central y lo emparentadas que están las cadenas de moda actuales con el siglo XIX. Aprovechó para aclarar una de las principales intenciones de la obra, que además aborda la segunda parte: «Explicar la bifurcación de la sociedad y las diferencias de sexo y mentalidad». Así detalló cómo las mujeres de la época debían ocuparse de las cosas del hogar, apretadas por sus corsés, mientras los hombres acudían a sus trabajos vistiendo un elegante y cómodo traje de tres piezas.

«Persigo explicar la bifurcación de la sociedad y las diferencias de sexo y mentalidad».


«Hasta esa época la prensa estaba restringida para las mujeres», contaba con un claro sentido reivindicativo. El siglo XIX marcó la apertura de este sector a las damas con la aparición de revistas de moda. «La prensa femenina fue un elemento libertario, las mujeres consumían, escribían, trabajaban y sociabilizaban fuera de casa», refería con satisfacción la protagonista.

En la última parte, se recoge el análisis de las más de 200 publicaciones españolas y supone «el grueso» del libro.

Su intervención concluía con un enorme agradecimiento que fue respondido por los aplausos del público. En la primera fila, resaltaba el entusiasmo de sus familiares; en especial el de su abuelo, que inició la ronda de intervenciones dedicando una emotiva felicitación a su nieta.

«La prensa femenina fue un elemento libertario».


Asistentes y ponentes no dudaron en interactuar. La portada del libro fue uno de los temas que se sacaron a colación. Y es que eligieron precisamente esa imagen porque mostraba la «ropa de deporte» de la época, una imagen que en España no se quiso publicar en su momento, según comentó Germán Rueda. «No he tirado la toalla con este trabajo y lo he hecho con mucha ilusión de historiador», afirmaba con rotundidad ante la pregunta de un joven.

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Ana Velasco mientras un joven le preguntaba. Foto: Michelle Ortega.

Las manos se alzaban entre los asientos. El público quería saber el trabajo que había supuesto a la autora la elaboración de su ópera prima. «Me llevó 9 meses escribirlo; con correcciones… alrededor de un año y medio», comenzó. Velasco empleo un gran esfuerzo en la investigación necesaria para abordar el tema, algo que fue complicado debido a la poca bibliografía que existe al respecto. «Buscaba libros de Inglaterra o Estados Unidos, pero en España no había nada; fue costoso», admitió. La hemeroteca de la Biblioteca Nacional fue una de las principales fuentes de donde obtuvo los cientos de ejemplares, que tuvo que revisar uno a uno.

Entre risas, aplausos y unos asistentes que se acercaban a la autora para felicitarla y marcharse con sus libro firmados, se ponía punto y final al acto. En el siglo XIX, Faustina Sáez de Melgar o Angela Grassi se dieron a conocer mediante la prensa y la moda como hoy lo hace ella, Ana María Velasco.