Nélida Ayay: “La tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a la tierra”

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ESTHER OLIVARES PÉREZ  |  Fotografías: Alba Camazón

La Facultad de Derecho de la UVa acogió el pasado 3 de marzo la tercera sesión del curso ‘Mama Yaku, la defensa del agua. Extractivismos y luchas de las mujeres en la defensa del territorio’, organizado por Entrepueblos Valladolid y la Oficina de Cooperación de la UVa. La tarde vino marcada por la proyección del documental ‘La hija de la laguna’ y la presencia de su protagonista Nelida Ayay Chilón, que está realizando una gira por varias ciudades españolas en la que Entrepueblos tiene una presencia significativa.

‘La hija de la laguna’ es un documental que nos muestra la lucha que mantienen -sobre todo- las mujeres en la defensa de su derecho al agua. En este caso, se centra en la peligrosa presencia de la Minera Yanacocha en su explotación áurea en Cajamarca, una zona norteña de Perú caracterizada por su carácter agrícola y ganadero y que es objeto de un importante flujo de turismo vivencial.

Los primeros en intervenir en el acto fueron los representantes de Entrepueblos Valladolid, quienes aprovecharon la oportunidad para trasmitir la noticia de que, esa misma mañana, Berta Cáceres, coordinadora del Comité Cívico de Pueblos Indígenas y Campesinos y compañera en algunos proyectos de la asociación, había aparecido asesinada en su propia vivienda como consecuencia directa de su actividad. Un hecho que provocó que, durante toda la sesión, se destacará la criminalización que sufren estos pueblos por sus protestas.

Posteriormente, Nélida Ayay agradeció la asistencia de todos los presentes y, sobre todo, reconoció la labor de Entrepueblos al haber organizado unta gira que permite superar la invisibilidad. Así, antes de dar paso a la proyección del documental, la protagonista explicó brevemente la situación que se está viviendo en Cajamarca, un discurso que continuó tras la proyección a raíz de las preguntas de los asistentes.

Nélida contó que van a desaparecer cuatro lagunas naturales, las cuales serán sustituidas por otras artificiales. Según dicen, de este modo, el agua se va a duplicar en cantidad y calidad, a lo que ella replica: “Un humano, cuando está mal de algo y le operan de corazón, el tiempo de vida que le queda es muy corto. Con las lagunas va a pasar lo mismo, vamos a tener agua por un determinado tiempo.”

Nelida Ayay junto a la organización del acto. Foto: Alba Camazón.
Nélida Ayay junto a la organización del acto. Foto: Alba Camazón.

La peruana, que es estudiante de Derecho, destacó la problemática del derecho al agua dentro de la legislación peruana. “Es lamentable que, cuando uno llega a la universidad, ve que no se habla de los derechos del agua y de la tierra. A pesar de ello, me he formado y trataré de hacer algo para cambiar algunas cosas de nuestra legislación”, aclaró en respuesta a una pregunta. Además, añadió que “el agua, como derecho humano, ya está reconocido por las Naciones Unidas. Solo hace falta promoverlo y hacerse respetar porque las leyes pueden estar dadas a medias, como decimos nosotros, pueden ser muy flexibles, pero hay que ir reforzando, y todo aquel derecho que ya está reconocido hay que hacer que se cumpla”.

El principal objetivo de estas empresas mineras que atentan contra el derecho del agua es la búsqueda de oro, lo que Nélida calificó como consumismo, defendiendo que hay que dejar de ser tan avariciosos, vivir la vida y no dejar que la vida nos disfrute porque, al final, todo se termina. A partir de este planteamiento, destacó la idea de que “cuando llegue el momento de que ya no haya nada, ¿qué querrán sacar?, ¿a nosotros? Nos querrán transformar en oro, en cobre. Es injusto y lamentable. Y no solamente pasa en Perú, también debe de estar pasando aquí y en otros países, pero hay que ir tomando conciencia y saber enfrentar a las autoridades”.

Para ella es importante la necesidad de cuidar de la naturaleza, vivir en armonía con ella y entender el sufrimiento de la tierra y del agua. “No es justo que nos hayan hecho creer que son recursos naturales porque son seres vivientes, porque, si no, nos darían vida”. Junto a este planteamiento, quiso destacar la importancia de moverse y salvar el planeta: “Sé que es difícil, pero no imposible. Todos podemos aportar un granito de arena para salvar el planeta».

Finalmente, la protagonista, ante la cuestión de si podría existir alguna solución, se mostró clara: «No habrá oro limpio mientras las grandes legislaciones no cambien. En Cajamarca, nosotros, desde el Gobierno regional, estamos haciendo posible que se dé el ordenamiento territorial y no lo quieren aprobar. Es necesario establecer en qué lugar debe ir -y en cuáles no- ese tipo de explotación, ya sean las mineras, las petroleras… Si se determina que pueden establecerse en algún lugar, que el beneficio sea para ambas partes, tanto para las comunidades afectadas como para aquellas empresas mineras trasnacionales que sean más responsables, que dejen de utilizar el cianuro y el mercurio, que son los que más nos matan, y que cuiden el medioambiente, que respeten los derechos humanos».