ALBA MIERES NAVEIRAS  |  Fotografía: Alba Mieres  |

Un año después de la declaración del primer estado de alarma por la pandemia de coronavirus, algunas cosas no han vuelto a una ‘cierta normalidad’. Es el caso de la Universidad. Para muchos alumnos, encontrar prácticas curriculares se ha convertido en una odisea.

Aunque la modalidad de clases online y el teletrabajo imperan actualmente, aún hay muchas dificultades para acceder a una empresa. Incluso más que el año pasado, durante el confinamiento que duró desde marzo hasta junio.

El punto de vista de los estudiantes

Son muchos los universitarios de todas las carreras que no han conseguido acceder a unas prácticas. Incluso cuando estas son de carácter obligatorio. Además, temen que esto les pueda perjudicar a la hora de salir al mundo laboral.

En el Grado de Periodismo la situación también es complicada para los alumnos. A pesar de que el portal de Sigma actualice cada cinco días las ofertas de prácticas, muchas veces los demandantes no son aceptados.

Algunos de ellos, de hecho, han vuelto a casa y han contactado con empresas fuera de la provincia de Valladolid para ver si podían hacer un convenio con la Universidad de Valladolid. Es una posibilidad con la que juegan ya que la asistencia a las clases puede realizarse vía online.

Pero los resultados tampoco son los que se esperaban. Varios estudiantes que habían sido aceptados en una empresa reciben posteriormente un mensaje donde les comunican que su solicitud ha sido rechazada.

Es el caso de Tania Romero, una alumna de periodismo en su cuarto año. Ella misma relata que buscaba prácticas desde noviembre. Empezó por contactar por su propia cuenta mediante correos electrónicos y llamadas. Sin embargo, no tuvo suerte, ya que ‘por la situación en la que estamos, me decían que no quería coger a nadie, que igual más adelante probablemente sí’.

También opina que la situación es peor que el año pasado, en pleno confinamiento, porque ‘las empresas tienen mucho miedo y no te cogen’.  Respecto a la organización de la Universidad, opina que ‘el COVID-19 llegó hace un año, tuvieron tiempo para gestionar esta situación y no dejar a nadie sin posibilidades de hacer las prácticas’.

Finalmente, aclara que ha buscado algunas actividades para hacer por su propia cuenta, como ir a cubrir un evento, grabar y montar el vídeo. ‘Cosas que son prácticas, pero que no cuentan para las prácticas de la Universidad’, finaliza.

Por otro lado, también está la opción de buscar las prácticas más tarde, con la esperanza de que la situación mejore. O incluso la de dejarlas para verano. Es el camino que ha tomado Javier López, también estudiante de Periodismo en su último año de carrera.

‘La verdad es que mi idea inicial siempre fue buscarlas para verano. En verano siempre se necesita más mano de obra, hay más trabajo’, comenta.  Al hablar de la situación que hacía un año, opina que era peor encontrar algo durante el confinamiento.

No obstante, está de acuerdo con Romero al pensar que la Universidad debería haberse organizado mejor para evitar que hubiera gente aún sin prácticas con el curso tan avanzado.

La cara otra cara: La situación de las empresas

Si algo ha demostrado la pandemia del coronavirus es que ha descolocado por completo la manera que teníamos de realizar las cosas. Por ello las empresas que también contrataban o querían contratar a estudiantes de prácticas se han visto con una serie de limitaciones que no se lo han permitido.

Virginia Martín, la coordinadora de las Prácticas en Empresa del Grado de Periodismo, cuenta la situación desde el otro punto de vista. Señala que una de las dificultades consiste en que hay empresas que publicitaban ofertas para estudiantes del Grado de Periodismo que ‘ahora mismo se encuentran en una situación económica por la que están pasando ERTES y que no les permite contar con estudiantes o publicar ofertas’.

También señala que otro de los problemas que han surgido para aceptar a los alumnos en las empresas ha sido el protocolo contra el COVID-19. Debido a la pandemia, el número de personas que pueden acudir presencialmente a un local se ha reducido drásticamente, por lo que no han podido contratar a estudiantes en prácticas.

La conclusión a la que se llega es que, a pesar de que esta situación ya no es tan novedosa como pudo serlo durante el primer estado de alarma, la pandemia puede hacer cambiar la situación de un día para otro. Por eso, tanto los estudiantes como las propias instituciones se ven envueltos en diversas dificultades que finalmente afectan a los contratos que podían haberse establecido con anterioridad.

La tercera ola provocó que muchos de estos acuerdos tuvieran que modificarse debido al incremento de casos y las nuevas medidas que se tomaron en consecuencia. Queda por ver si el avance de la cuarta ola supondrá un nuevo problema o si por el contrario no afectará tanto como la situación vivida en los meses de enero y febrero.