INÉS MODRÓN LECUE  |  Fotografía: Pilar Bernal  |

La proximidad del hecho es uno de los criterios de noticiabilidad que más escucha el alumnado de Periodismo a lo largo de toda la carrera. Sin embargo, la reportera Pilar Bernal reivindica la importancia de las noticias internacionales. Ella se encarga de comunicarlas en los servicios informativos de Telecinco y ocupa el cargo de vicepresidenta en Reporteros Sin Fronteras. Además, es profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad Nebrija. A lo largo de su trayectoria, la periodista ha vivido de cerca la situación de países en guerra y ha tenido que retransmitir atentados.

Pregunta: Usted se ha especializado en periodismo en zonas de conflicto.¿Siempre le ha interesado este tipo de periodismo o qué le impulsó a dedicarse a ello?

Respuesta: Bueno, yo soy periodista de internacional y, de vez en cuando, tenemos la suerte o la desgracia de tener que contar la realidad en lugares donde hay conflicto. Donde hay, sobre todo, víctimas civiles, que sufren y necesitan que haya periodistas que cuenten lo que sucede. Siempre había querido ser periodista de internacional y esa parte, incluso romántica, del reportero de guerra me había llamado la atención. Desde luego, no me llegué a imaginar, cuando era estudiante, que iba a tener la suerte de poder contar la historia de tantas personas que han sufrido en guerras, como en Irak o Líbano, y conflictos de países que no están en guerra, como Venezuela o México. Sin ser un plan preciso, ha sido y es un privilegio absoluto.

P: ¿Cómo es tratar temas tan delicados como esos?

R: Es difícil no pasar fronteras. Es muy distinto, por ejemplo, cubrir un atentado terrorista, porque el periodista siempre tiene que estar del lado de quien no tiene voz y esas son las víctimas. Desde luego, nunca son los verdugos, que, en este caso, son grupos terroristas. Esa línea es fácil de sobrepasar porque los villanos son muy atractivos informativamente. Tenemos que contar también su historia, pero sin convertirnos en altavoces de su propaganda.

Es un riesgo que yo he vivido. Me ha tocado cubrir atentados. Ahora recordamos los cinco años de los atentados de París. He vivido siempre ese sentir que no podía sobrepasar esa delicada línea en la que tengo que hacer mi trabajo. Hay que contar la historia de todas las partes, pero el foco tiene que estar en las victimas y, cuando cuente la historia de los asesinos, debo tener mucho cuidado de no ser altavoz de su mensaje. Eso es fácil que a veces suceda.

P: ¿Ser mujer implica alguna dificultad añadida a la hora de ejercer este trabajo?

R: Hay países donde ser mujer, en general, es un problema o te coloca en una situación de inferioridad. En países como Arabia Saudí o determinadas zonas de Irak, obviamente vives lo que vive cualquier mujer de esa situación y esa cultura. He tenido dificultades, pero me sobrepongo de una manera muy pragmática. Cuando viajamos a algunos países musulmanes, intentamos que mis colegas sean hombres, porque sabemos que es una dificultad añadida. Hay gente que no se va a dirigir a mí para hacer una entrevista. Antes, lo que suelo hacer es respirar hondo, mentalizarme de que no me tengo que enfadar y de que lo más importante es que salga mi trabajo adelante. Cuando estoy haciendo una cobertura, yo soy periodista, no activista.

Pese a todo, lo hago a veces fatal, porque me enfado. Qué duda cabe que en tanto que existe una gran desigualdad en muchos países del mundo, sufres discriminación como las mujeres que están allí. Yo, al fin y al cabo, voy, hago mi trabajo y regreso aquí, donde puedo ejercer mi trabajo con tranquilidad. Esas mujeres siguen allí, sometidas a la misma discriminación. Pese a todo, la realidad te sorprende. A veces, viajamos a lugares que por prejuicios pensamos que la situación es de una determinada manera y luego la realidad sorprende. Eso es maravilloso. Los periodistas no podemos perder esa capacidad de sorpresa.

P: ¿Cómo son esas realidades?

P: Como reportera internacional, ha podido ejercer la profesión desde muchos países. ¿Cree que eso enriquece como periodista?

R: Sin duda. Ser los ojos y la voz a la hora de relatar lo que ocurre en lujares tan lejanos, tan remotos, tan alejados de nuestra cultura… A veces, suceden cosas que realmente tienen impacto en nuestras vidas. El periodismo internacional quiere responder a una pregunta muy básica: ¿Qué pasa en el mundo? La mayor parte de la gente tiene la falsa creencia de que lo que sucede cerca nos tiene que conmover más o afectar más.

Pensemos lo que ocurrió en diciembre en Wuhan, ahora está determinando nuestras vidas. Tener esa posibilidad de mirar donde la mayoría no puede, poder acercarte a esa realidad, poder conocer a tantas personas, situaciones y culturas es muy valioso. Los periodistas, por desgracia, casi siempre vamos a contar malas noticias. Pero si nosotros no lo contásemos, los hechos sucederían, pero nadie lo sabría. La responsabilidad es muy grande y el privilegio y la suerte también, sin duda.

P: Recibió el Premio Defensa 2016 por el documental ‘Los nuestros en acción’. ¿Cómo fue la experiencia de rodarlo y qué supuso ese reconocimiento?

R: Cuando trabajas en unos informativos, te tienes que ceñir a un pequeño reportaje de un minuto y medio. Existe esa dictadura fatal del tiempo, que es muy frustrante, sobre todo cuando estás en el fin del mundo, contando una historia que te ha costado un montón conseguir e incluso te has jugado la vida. Todo queda reducido a una síntesis, que tiene que lograr resumir todo ese trabajo y esfuerzo en muy poco tiempo. Hacer ‘Los nuestros en acción’ fue maravilloso, por poder explayarnos y contar con más tiempo, detenimiento y tranquilidad para relatar una historia tan interesante como las misiones del ejército español a lo largo de los últimos años en todo el mundo. Es una labor muy desconocida.  Me resultó muy estimulante ver su relación con estos pueblos, que sufren conflictos tan duros.

Fue una gozada poder hacerlo en un formato largo y, además, que lo emitieran en abierto en Telecinco en prime time, que no es habitual en la cadena en la que yo trabajo. Estamos muy encorsetados en los informativos. Al trabajar en una cadena comercial, nos ven muchas personas que solamente saben de las noticias internacionales a través de lo que ven en nuestro informativo. Entonces, aunque sea ese poquito tiempo, que pasa como una exhalación, va a ser el único contacto que muchos millones de personas tengan con lo que pasa en Burkina Faso, Senegal o Irak. Siempre tengo muy presente que cuento con poco tiempo, pero que es una oportunidad de oro y hay que aprovecharla. El que este muy interesado en la información internacional investigará, pero el ciudadano medio que ve nuestro informativo va a conocer lo que pasa en esos lugares solamente a partir de esa pequeña ventana que le abrimos.

P:  También está muy ligada a Reporteros Sin Fronteras. ¿Por qué cree que es importante que el alumnado de Periodismo conozca el papel de esta organización?

R: Reporteros Sin Fronteras es una organización que defiende nuestro oficio, pero no es algo que afecte solo a los periodistas. Defiende la libertad de expresión, la libertad de prensa. Eso es un derecho de todos los ciudadanos. Nosotros somos los mensajeros. Construimos un derecho que, si se hace bien, fortalece la democracia y hace más libres y críticos a los ciudadanos. Somos meros instrumentos. Nuestro trabajo sirve para que los ciudadanos sean más exigentes con los políticos.

En RSF defendemos el derecho y deber que tienen los poderes de responder a preguntas difíciles. También, el derecho a hacerlas con independencia, sin que nos coarten ni nos traten de corromper y manipular. Las presiones son constantes, de ahí la fortaleza que debemos tener los periodistas. Una organización como RSF arropa todo eso. Nos cuida un poquito más.

En nuestro país, dentro de todas las dificultades y críticas que debemos hacer, vivimos en una democracia donde nuestros derechos están garantizados y podemos manifestarnos a favor y en contra de lo que ocurra. Pero hay otros lugares del mundo donde ejercer esa libertad te cuesta la vida. Mi compromiso es muy grande con RSF porque he visto cómo compañeros míos han sido asesinados por hacer un periodismo crítico, simplemente por intentar contar la realidad. Mucho periodista está sometido a unas amenazas y un hostigamiento continuo. ¿Cómo no vamos a estar ahí apoyando?