Presentación en Valladolid de la Asociación belga «Territorios de la Memoria»

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Philippe Marchal firma el convenio de colaboración con la Universidad de Valladolid

«En Bélgica, los niños de hoy en día no conocieron la guerra. Algunos de ellos ni siquiera saben quien es Hitler».  Tan importante  es saber lo que ocurrió en el pasado como comprender dónde nació el odio que promueven algunas ideologías.  No se trata únicamente de conocer lo que pasó, hay que aprender a actuar. La resistencia es fundamental para evitar que  reaparezcan regímenes totalitaristas . Así explicó Philippe Marchal, director adjunto de la Asociación Territorios de la Memoria, la importancia de la labor que lleva a cabo esta asociación belga desde hace más de veinte años.

El acto de presentación tuvo lugar en el Aula Lope de Rueda de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid. Y contó con la presencia de Philippe Marchal y Philippe Gresener, administrador de la asociación. Fue allí donde  se firmó un Convenio de Colaboración entre la Asociación Territorios de la Memoria, el Colectivo Contra el Olvido y la Asociación Memoria de la Transición.

La complicada situación en Bélgica, donde la extrema derecha ha llegado al poder en localidades como Amberes hace que la labor de esta asociación sea aún más importante. Lo importante no es solo resistir, también es no llegar tarde según defendió Philippe Gresener.  «La democracia es débil, los ciudadanos deben resistir y mantener una vigilancia a las actuaciones del gobierno».

En centro de Lieja, la educación en materia de resistencia se refuerza con una exposición permanente que reconstruye el recorrido que seguía un deportado hasta su muerte. También facilita la visita de grupos organizados a los campos de concentración como el de Auschwitz y tiene un archivo documental que, tras la firma de este convenio, será accesible para la Universidad de Valladolid.

«La sangre se ha secado, las gargantas se han callado«. «¿Quién es el responsable?«. Alain Resnairs destaca esto en su documental «Nuit el brovilliard» (1955) que se visualizó al inicio de la jornada. Muy pronto, no quedarán testimonios vivos de aquellos que vivieron en campos de concentración. Aun así no debemos dejar que se defienda el olvido. «Nosotros no queremos olvidar. Vosotros no debéis olvidar, porque el hecho de recordar el pasado contribuye a la memoria colectiva«

Texto e imagen: Clara Isabel Bozal Caro (@ClaraBozal)