Se estrena el folio en blanco del columnismo en Valladolid

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A la izquierda Ignacio Camacho escuchando a Jesús Nieto (derecha). Foto: Michelle Ortega
JAVIER SANZ GARCÍA  |  Fotografía: Michelle Ortega  |

Como si Miguel de Cervantes se hubiera cambiado el nombre. Hubiera escrito exactamente igual pero firmaría como “Fulano de Tal”. El año pasado se dio a conocer como ‘Jornadas de Columnismo‘, estos días se hace llamar I Congreso ‘Valladolid Capital del Columnismo. El resultado, el mismo. Si cabe, incluso, mejor. 

Valladolid es capital del escrito vertical y libre, aunque las jornadas cambien de título. Los interesados en la columna, estudiantes y cualquier cómplice de la escritura y la cultura, escuchaban atentos los asertos y puntos de vista de los ponentes.

Y es que el encuentro empezaba el martes, 19 abril, con una presentación a manos de Guillermo Garabito, nieto del académico que da nombre a una de las organizaciones mecenas de estas jornadas, la Fundación Godofredo Garabito y Gregorio. Acto seguido, María Jesús Pariente, alumna del tercer curso del Grado de Periodismo de la UVa, recibía el premio Literatura de Diario por su columna «Pedrito y el ozo», ganadora del concurso de columnismo en su primera edición.

“La tradición da testimonio de que los columnistas convierten el periódico en su campo de operaciones intelectuales”, contaba Fernando López Pan, remitiéndose a unas palabras de su colega Jorge Rodríguez. López Pan inauguró estas jornadas reflexionando sobre la misión del columnista y su escritura: “Los columnistas quemaron el libro de estilo”. Presidente de la Asociación Española de Periodística  y también profesor en la Universidad de Navarra, dejaba claro que la columna se define por lo periférico, el “paratexto”, y el columnista debe nutrirse de todo ello.

A las doce y media, Jesús Nieto Jurado e Ignacio Camacho, repetidor y novato de este curso de editoriales, se montaban una tertulia sin café en el mismo Salón de Grados de la Facultad de de Letras. El primero se considera escritor antes que periodista, y eso que lleva “diez años sin escribir una novela”; el columnista de ABC agradece que nunca nadie le haya dicho qué escribir. Ambos asentían ante las opiniones  del otro, aunque hubo también tiempo para los reproches.

Disquisiciones y pensamientos de cómo escribir una columna, qué escoger para elaborarla, saber quién la leerá y sobre todo no regirse a ningún modelo. Más allá de consejos y clases de columnismo, los dos personajes periodísticos intercambiaban y compartían con los asistentes anécdotas y citas de colegas de renombre como Paco Umbral o Raúl del Pozo.

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