LUCÍA FERNÁNDEZ PÉREZ | Fotografía: Pixabay |
La mañana del 22 de noviembre de 1963 Kennedy, 35º presidente de Estados Unidos desde hacía dos años, viajaba al estado de Texas en el marco de una campaña electoral.
En la capital del estado, Dallas, pronunciaba el que sería su último discurso . Tras este coge un vuelo hacia el aeropuerto de Dallas, desde donde iría al centro de la ciudad en un auto descapotable.
En ese momento, Kennedy iba acompañado de su mujer, Jackie Kennedy, del gobernador de Texas, Connally, la esposa de este, un agente-conductor y un agente de seguridad.
En este recorrido viajaban a baja velocidad para que John F. pudiese saludar a la multitud que se encontraban ocupando las calles por motivo de su visita, que posteriormente serían testigos de la muerte del presidente, llegando incluso a grabar el hecho.
Eran las 12.30 cuando el coche llegaba a la plaza Dealey. En ese momento, el asesino del presidente disparaba la primera bala. Esta acabó en intento fallido ya que solo llegó a rozar a uno de los presentes. Este primer disparo pasó desapercibido para el presidente. Solo tres segundos después, la segunda bala conseguía llegar a la garganta del presidente. Esta bala también llegó al estómago del gobernador de Texas.
La tercera y última bala alcanzó la cabeza de Kennedy, concretamente el hueso parietal. La fractura de ese hueso hizo que su cabeza se partiese y que el cerebro pudiese llegar a salirse.
Tras el último disparo y en pleno estado de nerviosismo, Jackie Kennedy sujetaba la cabeza de su marido, impidiendo así la salida de la masa encefálica. Rápidamente el coche se dirigió al hospital más cercano, donde finalmente el 35º presidente de los Estados Unidos fallecería.
Una vez allí, los médicos fueron conscientes de que nada podía salvar la vida del presidente, pero la relevancia de John F. hizo que por casi una hora intentasen todo lo posible para mantenerle con vida. La relevancia de John F. Kennedy también hizo que la policía buscase con gran rapidez al culpable.
Lee Harvey Oswald, un joven de 24 años, fue el presunto asesino. Este se encontraba en el sexto piso del Texas School Book Depositor, lugar en el que trabajaba. Desde allí realizó los tres disparos con un fusil de cerrojo italiano. Los policías pudieron ver sus huellas y le detuvieron. Tras disparar, Oswald consiguió huir pero en el camino un policía intentó frenarlo. Esto hizo que hubiese una segunda víctima en el día.
No se sabe el motivo de por qué asesinaron a Kennedy. A pesar de esto, se cree que no había ningún tipo de influencia política ni ningún motivo personal. Las hipótesis es que simplemente podría haber sido un acto causado por los problemas mentales del joven.
La libertad de Oswald no duró mucho tiempo. En escasas horas fue detenido y, posteriormente, juzgado. Dos días después de su crimen, un hombre aprovechó su traslado esposado, se puso frente a Oswald y le disparó. Este hombre era Jack Ruby, un hombre que tenía varios contactos en la mafia y que fue llevado a la cárcel, donde murió 2 años después a causa de un cáncer.
Este asesinato, como el de Kennedy, fue presenciado por varias personas y grabado por las cámaras de televisión.
Actualmente no hay un conocimiento pleno de cómo fue el crimen del presidente. 10 meses después del asesinato se cerró la investigación, ya que no acababa de convencer a la población americana.
Desde hace 58 años hay diferentes teorías del asesinato del 35 presidente americano, ya que muchas personas decidieron realizar sus propias teorías. La más destacada fue la realizada en 1979 por el Comité Selecto de la Cámara sobre Asesinatos. Esta teoría defendía que el motivo del asesinato fue por una conspiración. También menciona la posibilidad de que existiese un segundo francotirador que se encontraba en la calle.
Otra de las teorías menciona la posibilidad de que la CIA estuviese involucrada. Unos piensan que fue un perteneciente a la CIA el que disparó; otros creen que la CIA conocía las intenciones de asesinar al presidente ese día y que, al no actuar, estarían involucrados de una forma indirecta.
La creencia de otra teoría es que John F. Kennedy no era el objetivo. Creen que el disparo se dirigía realmente al gobernador de Texas.
Muchos opinan también que fue un crimen por parte de la mafia o por parte de Fidel Castro, ya que el presidente intentó acabar con su gobierno.
Durante el mandato de Donald Trump, se liberaron los documentos sobre este asesinato. Esto generó un revuelo en el país americano, pero el presidente advirtió de que la mayoría de los documentos ya habían salido a la luz anteriormente.
El asesinato de John F. Kennedy también influyó para un cambio en las leyes estadounidenses, que ahora contempla el asesinato o la agresión de un presidente como crimen federal bajo la pena capital.