AINHOA DE LA HUERGA CELESTINO  |  Fotografía: Ainhoa de la Huerga Celestino  |

El festival de cortometrajes Artículo 31 llega con su bloque Género y Feminismo. Este festival se realiza con motivo de reivindicar la aprobación de un artículo 31 en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que de derecho a denunciar las vulneraciones de los 30 artículos anteriores.

En la conferencia del Salón de Grados de la Facultad de Filosofía y Letras, se visualizaron 4 cortos: Organizar lo (im)posible; Wetu Haki (Nuestros derechos), Negra Soy y Chanel. En ellos se ofrecen diversas vulneraciones a los derechos fundamentales, particularmente los de la mujer.

El primero, Organizar lo (im)posible, trató sobre la discriminación laboral que sufren las camareras de los hoteles y se representa la lucha de las Kellys. Se presenta cómo se crean contratos basura y externalizaciones con las que las condiciones precarias se perpetúan por el machismo, el tipo de oficio, la inmigración y el turismo descontrolado.

El segundo, Wetu Haki, explica la situación de la mujer en la cultura masái, en cual la mujer carece de poder de decisión y la vulneración de sus derechos comienza desde la niñez, con la analfabetización, los matrimonios forzados y la mutilación genital femenina.  Se muestra la perspectiva de los varones que ven natural la violencia sexual a la mujer y al igual que ellas carecen de educación sexual.

El tercero, Negra soy, trató de la discriminación de género con el componente racial, y de cómo la raza no debería ser un motivo de discriminación ni que se deba ocultar cómo si fuera algo desmerecedor o inferior. Busca el empoderamiento de la mujer independiente a su raza.

El cuarto, Chanel, trata la situación de una mujer latinoamericana que ejerce la prostitución y es madre soltera sin ayudas ni recursos.

Al acabar el visionado se procedió a la mesa redonda en la que participaron: Dunia Etura, doctora en periodismo, Cristina Alcalde, trabajadora social de la ADAVASYMT (Asociación de asistencia a víctimas de agresiones sexuales y malos tratos) y Sabah Aoufi, de Médicos del Mundo, especializada en inmigración femenina.

Dunia Etura comenzó hablando del 25 de noviembre, día contra la violencia de género, y de cómo esta violencia es transversal y universal cómo se demuestra en todos los cortometrajes. También contempló como en algunas de las situaciones no solo se ve esa discriminación con respecto al género sino además debido a la raza. Traslada la idea a España, ya que, aunque en la Constitución se dice que tanto hombres como mujeres son iguales, la situación y los datos evidencian que esto no sucede así.

Afirma que, ya que los medios son parte de los agentes de cambio, se requiere que la información que se de sea acorde la situación sin perjudicar o hipersexualizar la imagen de la mujer. Sin embargo, Etura afirma que la situación va evolucionando hacia el cambio positivo, en varios medios las mujeres ocupan cargos de mayor autoridad, lo que hasta hace pocos meses parecía imposible.

Cristina Alcalde expuso primero la atención que desde la ADAVASYMT se ofrece las víctimas: social, psicológica y de acompañamiento jurídico. En base a esto, extrajo tres ideas principales de los cortometrajes: el significado de ser mujer, la violencia sexual y la situación laboral.

En esta primera idea habla de cómo se exime a la mujer de todo poder y autoridad por su género y en base a esto, muchas víctimas pierden su propia identidad.

Mujer no se nace, se llega a serlo

-Simone de Beauvoir.

Según los datos, la violencia sexual ha aumentado un 6%, en especial resultado de la sumisión química. Algunos de los ejemplos que Alcalde citó de los cortos visionados son los matrimonios forzosos, la mutilación genital femenina o la concepción de la mujer como objeto sexual.

Por último, en relación a la situación laboral, Alcalde reivindica el empoderamiento económico, ya que muchas mujeres no pueden independizarse debido a la carencia de recursos o el cuidado de personas dependientes, conllevando a reforzar el lazo de la víctima con el maltratador. Destaca además como la brecha salarial ha alcanzado el 37,5%, con esto Alcalde refuerza la situación de la mujer en la sombra.

Aoufi, de Médicos del Mundo, se autodefine como mujer inmigrante, y expone la invisibilización que sufre este colectivo y la doble discriminación que padecen por su género y su raza. Define el feminismo intercultural, ya que no se tiene la misma visión del movimiento en los países, debido a que en algunos lo que simboliza es todo aquello negativo en relación a la mujer: divorciadas, solteras, etc. Desde su visión de inmigración deseada, Aoufi contempla la posibilidad de triunfar por encima de la discriminación. Además, observa que el feminismo no es una lucha contra los hombres, sino por y para la igualdad.

Para concluir, Etura finaliza sentenciando que el feminismo se trata de la lucha contra los estereotipos de género que afectan a hombres y mujeres, por lo que no se concibe el cambio de la sociedad sin la participación de los hombres en la lucha contra estas preconcepciones sociales.