Nazaret Villagrá Ramos | Fotografía: EFE
Con el inicio de la Semana Internacional del Cine en Valladolid, aprovechamos la inauguración oficial de la 69º edición, para centrarnos en la historia de este certamen tan importante para la ciudad.
La primera edición de este certamen cinematográfico se daría en 1956, aunque en aquel entonces este se conocía como Semana de Cine Religioso, uniéndose a las celebraciones de la Semana Santa. Por aquella época no era un concurso como lo concebimos actualmente, sino que era un festival cuyo objetivo era transmitir los valores morales católicos, en un momento en una España completamente inmersa en la dictadura franquista, siendo esta la razón por la cual en las dos primeras ediciones no se entregó ningún tipo de premio.
La primera vez que se verían premios en este festival sería en 1958, con la llegada del Dom Bosco, de oro para la película ganadora, y de plata para la película finalista, junto a la Mención Especial.
Este Dom Bosco duraría poco, ya que para el año siguiente sería sustituido por el Lábaro. El premio de Mención Especial correría la misma suerte, siendo sustituido por el Premio Ciudad de Valladolid.
Los 60, época de cambios
Con el inicio de la década de los 60 se producirían dos cambios de gran envergadura para el festival vallisoletano. En primer lugar, pasaría a ser denominado Semana Internacional de Cine Religioso y de Valores Humanos, así dejaría de limitarse a películas de temática religioso, abriéndose así a más películas que se relacionen con el compromiso y otros valores humanos.
El segundo cambio dentro del certamen va referido a los premios, añadiéndose la ya clásica Espiga de Oro, el premio más importante en la actualidad, aunque en el momento en el que se añadió, el premio de mayor importancia seguía siendo el Lábaro de Oro.
Paso del franquismo a la actualidad.
Según iban transcurriendo los años y las ediciones, el carácter religioso que predominaba en un inicio del festival (debido a la situación de la dictadura en la que se encontraba) se iba perdiendo paulatinamente, haciendo del contenido social el protagonista.
Con la llegada de 1972, ya en los últimos coletazos del franquismo, sería la última edición de este festival con el nombre de Semana Internacional de Cine Religioso y de Valores Humanos. Esta edición, importante ya por ser la última con el antiguo nombre, también será recordada por ser la segunda edición consecutiva donde el Lábaro quedaba sin un ganador, hecho que también sucedió en la edición de 1969.
La SEMINCI como se conoce actualmente llegaría en la edición de 1973, adoptando el nombre que ostenta en la actualidad: Semana Internacional de Cine de Valladolid, debido al creciente número de películas que se presentaban, junto al interés de los productores de presentan sus obras en este festival.
En 1974 desaparece finalmente el Lábaro, haciendo de la Espiga de Oro el premio principal, y a partir de 1979 se cambia a Octubre las fechas del festival, en vez de mantenerse en primavera, como había sido hasta entonces.
Será en ese mismo 1979 cuando se introducirían 2 nuevos premios, el de mejor actor y mejor actriz, a los que se sumarían más tarde el premio a mejor guion en 1984, a mejor película en 1989, el premio del jurado en 1991, y por último, a mejor director novel en 1992.
Este festival siempre va a estar ligado de una forma muy especial a la ciudad de Valladolid, especialmente por sus orígenes vinculados a la Semana Santa, fiesta muy importante especialmente en esta provincia.