Erasmus en Lodz: siete lecciones de una “guchiana”

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-Polonia-

Estas cerrando la puerta de casa. Tienes prisa. Corre.  Última revisión: DNI, billetes, móvil, documentos, maleta, llaves. ¿Llaves?, ¿para qué quiero las llaves? Próximo destino: Lodz, Polonia.

Todavía puedo recordar al detalle ese 11 de Septiembre de 2013. Ahora, meses después de que mi Erasmus haya acabado, todo lo que viví me parece un gran sueño del que duele despertar. He vuelto a la rutina, al barrio, a la vida que dejé. Todo sigue igual. Todo menos yo. Y es que ese sueño, ese gran sueño, me ha cambiado.

Me gustaría poder describir con palabras todo lo que aprendí en territorio polaco, todo lo que experimenté, todo lo que llegué a amar… Pero me resulta imposible. Me pierdo en el repaso del sinfín de cosas que conocí, y por eso, a través de unas breves “lecciones”, dejo constancia en Inform@UVa de que aquello fue real, y de que estoy dispuesta a compartir con quien se adentre en mi relato una pequeña parte de mis experiencias. Espero que os resulten útiles si alguna vez decidís embarcaros en la aventura. 

1ª Lección, Lodz se pronuncia “Guch”

Parece una tontería, pero si quieres llegar a tu nuevo destino sin problemas, la pronunciación es esencial.

Yo aterricé en Varsovia, y para llegar a “Guch” necesitaba coger un tren desde la estación principal. No llevaba ni dos horas en mi “nuevo país» y ya tenía la sensación de estar a punto de sufrir un ataque de nervios. La mujer que se hallaba al otro lado del mostrador no me entendía. Ella no hablaba inglés y yo no hablaba polaco. La situación pintaba mal.  Fue entonces cuando recordé que llevaba en el móvil un mensaje en el que aparecía escrito Lodz, le acerqué el móvil y entonces ella exclamó: ¡ah, “Guch”! A través de esta anécdota, recordé la importancia de saber idiomas.

La Universidad de Lodz te ofrece un curso intensivo de polaco de tres semanas antes de empezar el periodo universitario, lo que supone una gran oportunidad. Yo aprendí lo básico para sobrevivir un año y eso me ayudó a relacionarme con los que serían mis nuevos compañeros. El curso en cuestión es totalmente gratuito, y si cuando acabas quieres seguir aprendiendo el idioma tienes la oportunidad de asistir a una ampliación, por lo que son muchos los estudiantes que consiguen un nivel A1.

2ª Lección, historia

Lodz es la tercera ciudad polaca más grande, a dos horas y cuarto de Warsawa (Varsovia). Durante la 2ª Guerra Mundial  tuvo el segundo ghetto judío más importante, aunque después de la guerra la capital quedó destruida por los bombardeos y en la absoluta pobreza. De hecho, actualmente es una de las ciudades más pobres y feas de Polonia. Únicamente a través del transcurso de los días es posible encontrar una belleza especial que solo quienes nos hemos perdido entre sus calles y adentrado en sus locales sabemos apreciar.

3ª Lección, 1 Euro= 4 zlotis= 0,5 L de cerveza

-Con unas cervecitas polacas-

4ª Lección, sobrevivir al frío

La gastronomía polaca, caracterizada por el exceso de picante en la comida y el vozka puro de 40º como bebida más o menos habitual, ofrece una idea aproximada del frío que se pasa en el país. Para combatirlo, mi recomendación es comprar todo aquello que lleve la palabra «térmico» detrás, y por supuesto un gorro que te tape bien y un buen calzado.

-Zakopane, al sur de Polonia-

5ª Lección, abre tu mente

Lodz es la ciudad idónea para aprender historiacultura y supervivencia. Allí vas a convivir con polacos, turcos, alemanes, italianos, franceses… Hay que aprovechar la multiculturalidad para escuchar y, sobre todo, para descubrir.

-En clase de "Intercultural Comunication"-

Respecto a la universidad, ofrece a los alumnos la posibilidad de vivir en residencias. Simplemente es preciso rellenar un formulario para encontrar ubicación en uno de los 14 edificios disponibles (13 de ellos concentrados en el campus de Lumumby, a unos 20 minutos del centro en tranvía), con un precio por mes que oscila entre los 80 y los 90 Euros.

-Compañeros de la residencia en la fiesta del campus de Lumumby, Juwernalia 2014-

6ª Lección, aprovecha cada instante

Durante mi Erasmus, disfruté de muchas oportunidades. La oportunidad de entrevistar a dos supervivientes polacas de la 2ª Guerra Mundial, (algo que no olvidaré en la vida); oportunidad de vivir en una ciudad llena de rincones mágicos cargados de historias; oportunidad de viajar cada mes y de aprender cada día algo nuevo; oportunidad de reinventarme a cada paso… “This is Erasmus Life”.

Tuve, incluso, la oportunidad de defender mis derechos. Y es que, algún tiempo después de llegar a mi destino fuera de España, el ministro de Educación anunció que a todos aquellos que estaban de Erasmus y no eran becados (es decir, todos los que no habían recibido la Beca General del Ministerio de Educación durante el Curso 2012-2013), les iban a retirar parte de la ayuda económica. Por supuesto, en seguida comenzamos a movilizarnos con erasmus de toda Europa y pusimos rumbo a la Embajada española en Varsovia, donde manifestamos sentirnos avergonzados y engañados. Finalmente, se optó porque la medida entrara en vigor al año siguiente, es decir, el curso en el que yo lanzo mi particular grito de apoyo a las becas: “Erasmus es Europa”.

-Protesta frente a la Embajada española en Varsovia-

7ª Lección, familia

Yo vivía en una residencia, en mi querido  Dorm XI. Habitación compartida para dos, con baño y mini fregadero con armario compartido para cuatro personas. Mi hogar. Allí conocí a mis compañeras, mi nueva familia, que me aguantó las 24 horas del día durante diez meses… Una familia que, a pesar de conocer mis defectos, me quiso con ellos todo ese tiempo en el que no llegué a sentirme sola ni un instante; una familia que sigue estando viva a pesar de la distancia que ahora nos separa; una familia que al ser recordardada hace que se escapen de mis ojos lágrimas de felicidad. A ellos sólo puedo darles las gracias. Gracias María, Cristina, Amparo, Astrid, Kelvin, Jorge, Adrian, Perelló , Luis y Wiktor.

-Viaje a Barcelona, invierno 2014-
- Juwernalia 2014-

 

Texto e imágenes: Iria Torres Gutiérrez