ESTHER OLIVARES PÉREZ | Fotografía: Esther Olivares Pérez |
La cantante, actriz, nadadora nacional y escritora; Miriam Fernández, hizo parada en Valladolid la pasada tarde del 6 de noviembre para hablar de motivación personal y felicidad. El diario digital Tribuna de Valladolid y el banco UniCaja fueron los responsables de organizar esta conferencia titulada “Transformar tu realidad”.
Con un aforo casi completo, el Auditorio FUNDOS, situado en la sucursal de Caja España de la Plaza de Fuente Dorada, fue la sede perfecta para recibir a Miriam Fernández y a todos los asistentes invitados por Tribuna Valladolid. La conferencia empezó con un poco de retraso, aproximadamente diez minutos más tarde de los esperado, sobre las 19:40 horas. Fue en ese momento cuando Miriam aparecía por el escenario con una sonrisa inmensa y unas tremendas ganas de empezar a hablar, o por lo menos así lo demostró, puesto que de los nervios se olvidó de la presentación del responsable de UniCaja y empezó a hablar.
Tal como se dijo, Miriam estaba allí para “trasmitir su verdad, su historia y hablarnos de actitud”, y así lo hizo. Con una tranquilidad impactante y sin ningún tipo de tabú, Miriam empezó a contar su historia desde el principio, explicando a los asistentes qué fue lo ocurrió para que su acompañante de vida fuera ese andador que estaba al lado suyo. Además, y acompañada de un vídeo de presentación, todo el aprendizaje motivador empezó a entrar en las mentes de los asistentes. Miriam lo dejó claro, todo era cuestión de actitud y así se lo demostró a todo al mundo, incluso a aquellos médicos que tal como ella dijo “solo tuvieron en cuenta el lado científico de la situación, pero no el esfuerzo, la entrega y el amor de mi familia”.
La familia fue concretamente la protagonista de esta ponencia. A través de su historia, Miriam mostró todo el esfuerzo y trabajo que habían hecho tanto sus padres como hermanos para ayudarla a salir adelante y conseguir todo lo que ha conseguido. Según relata, su terapeuta le enseñó a caer, pero fue precisamente su familia la que le enseñó a levantarse y a convertirse en la persona que es ahora.
Con cierto dolor también habló de su época de colegio, en la que su discapacidad le jugó una mala pasada, pero no precisamente por su falta de movilidad, sino por la falta de empatía de sus compañeros. Esta fue precisamente la época de inflexión de Miriam, tal como ella relataba se había convertido en “una persona pasiva, no miraba a los ojos de la gente y empezaba a omitir mi opinión propia. (…) Había días que salía de la cama y solo pensaba en volver a ella.” Pero finalmente y tras recibir un golpe muy fuerte por parte de sus compañeros, Miriam se dio cuenta de que su herramienta más poderosa era su sonrisa, “Nadie quiere hablar con alguien amargado”, decía, por lo que fue en ese momento en el que empezó a entender que debía demostrarle a todos sus ganas de convertirse en quien es ahora, y así lo hizo, puesto que días después, aprovechó sus ejercicios de natación con la terapeuta para apuntarse a un campeonato de dicho deporte, con el cual terminó obteniendo dos medallas de oro y viajando por toda España. Este fue el primero de muchos éxitos que Miriam empezó a incluir en su curriculum.
Después, y de una manera muy humorística, la protagonista empezó a relatar todas las ventajas que su andador le había dado a lo largo de su vida. Este andador, tal como comentaba, se había convertido en ropero de ella y sus amigos en las discotecas, también le ha otorgado la capacidad de saltarse las colas de dichos lugares, se había convertido en el escondite perfecto donde guardar un cubata cuando la policía interrumpía sus botellones y había trabajado como filtro de hombre superficiales. Así, y con historias verdaderamente cómicas, Miriam consiguió sacar unas risas a todos los asistentes y hacerles entender que a veces “nos fijamos más en que se nos ha pinchado una rueda, en vez de fijarnos en quién nos ha ayudado a arreglarla” Añadiendo además que cuando vamos conduciendo y algo va mal “la luz roja se enciende, pero nunca se enciende cuando las cosas van bien”.
Entre todas las facetas laborales de Miriam, su carrera musical también tuvo cierto protagonismo en esta conferencia. En ella la cantante hizo mención a su disco titulado “Bajo la lluvia” para hablar una vez de actitud, afirmando que le puso ese título puesto que “hay que aprender a no esperar a que pase la tormenta, sino a vivir bajo ella”.
Así, y ya casi terminando, Miriam quiso dejar un regalo a todos los asistentes, puesto que antes de pasar a las preguntas de los espectadores, les presentó a estos mismos su última canción, creada para un festival de cine de Colombia y titulada “No dudo que es A.M.O.R” en la que se deja claro que ha sentirse bien «con todo lo que tienes, con todo lo que eres».
Aproximadamente 50 minutos después del comienzo, los asistentes empezaban a plantear todas sus dudas, hasta que consiguieron que Miriam expusiera su opinión respecto a los límites del humor. Para ella, “el humor es la herramienta más terapéutica”. Así y dejando claro una vez más que todo depende de según el lado desde que lo mires, Miriam se despidió cantando la famosa canción de Zahara titulada “Con las ganas”, y entre aplausos el auditorio se quedó vacío.