Yo lo tuve claro desde un principio: los destinos típicos no eran para mí. Por ello descarté sin pensármelo Italia, Portugal, Inglaterra, Francia y todo aquello que pudiera sonarme a conocido.
Aún recuerdo el día que me concedieron el Erasmus y di la noticia en casa. Estábamos comiendo y salió en el telediario que en Polonia habían muerto cuarenta personas a causa del frío. A mi madre casi le da algo…
El 18 de Septiembre de 2010, el mundo despertaba con los típicos rifirrafes entre Rajoy y Zapatero, la costosa visita del Papa a Reino Unido y la caída en bolsa del Gas Natural.
Yo me despertaba entre nervios, expectación y maletas aún por cerrar. No sabía lo que me esperaba en Polonia y ahora, me doy cuenta de que la magnitud de una aventura así, es capaz de superar con creces cualquier expectativa.
Pero los comienzos nunca fueron fáciles y este no iba a ser una excepción. Las primeras horas de mi aventura las viví atrapada en Barajas. Llegamos a Polonia al día siguiente, de madrugada, debido a un retraso de más de seis horas en nuestro vuelo.
Y, para qué engañaros, la primera sensación de Katowice fue fría y gris. Katowice es una ciudad capaz de hacerte sentir frágil y triste en ciertos momentos pero lo importante, es que es una ciudad que te enseña a ver más allá de sus muros derruidos y sus cuadrados edificios grisáceos.
Porque Katowice es Historia; Katowice es el vivo reflejo de miles de historias, un sinfín de voces que te empapan, un sinfín de realidades que se esconden tras sus rincones.
Durante mi estancia en Polonia, yo viví en Ligota. Ligota es un distrito que pertenece a Katowice. Allí están las Dom Studenta (literalmente, “casas de estudiantes”), en medio del bosque, un bosque con sus ardillas, sus familias de jabalíes y algún que otro ‘bambi’.
Una amiga me explicó que durante la época comunista, las residencias de estudiantes se situaron a las afueras de las ciudades para tener a los jóvenes localizados y controlados. Si, por algún motivo, estos decidían rebelarse contra el régimen e iniciar una revolución, las fuerzas militares podrían detenerlos antes de que llegaran al centro de las ciudades.
La vida en Polonia es barata. Yo pagaba 411 zlotys al mes (que son algo más de 100€, dependiendo del cambio) por una habitación individual en la residencia de estudiantes (gastos incluidos; luz, agua, Internet…). Para que os hagáis una idea, una entrada de cine en Polonia cuesta cerca de 3.5€ y tomar una cerveza en un pub, (eso sí, son de medio litro) 1.5€.
Si visitáis Polonia, ya sea para ir de Erasmus o simplemente para viajar, no olvidéis que hay un montón de ciudades que merece la pena conocer. A parte de las visitas obligadas a Varsovia o Cracovia no dudéis en perderos por las calles empedradas de Torun o pasear a la orilla del Mar Báltico en Gdansk o Sopot. Si vais en invierno, probablemente os encontréis una imagen parecida a esta:
Respecto al idioma, como supondréis, el polaco suena a chino. La gente joven habla inglés por lo que comunicarse con ellos es fácil. El problema viene con la gente mayor, que normalmente solo habla polaco y ruso.
Desconocer el idioma era una de las cosas que hacía que el día a día en Polonia fuera una aventura. Actividades tan cotidianas como salir a comprar el pan o montarse en el autobús podían desencadenar un sinfín de historias y situaciones cuanto menos, curiosas.
Pero la experiencia Erasmus va más allá del país, la universidad o el idioma…
Hoy, hace diez meses que volví de Polonia y muchas mañanas, al despertarme, aún tengo la misma sensación que tuve entonces. Es extraño despertarte en tu cama de siempre, abrir los ojos y percibir la normalidad a tu alrededor. Esos primeros instantes hasta que la mente despierta del todo, son tremendamente curiosos. Muchas mañanas, sobre todo al principio, me descolocaba ver que todo seguía tal y como lo dejé antes de marcharme. Y siempre, en esos últimos resquicios de ensueño, me preguntaba si realmente me habría marchado alguna vez…
Podría daros muchísima más información acerca de Polonia, los viajes que hice o podría incluso contaros cientos de anécdotas que me ocurrieron durante aquellos maravillosos nueve meses pero, si me lo permitís, me gustaría dedicar este último apartado a quienes hicieron que la aventura Erasmus mereciera tanto la pena.
A ellos…
…porque cuando todo acaba, lo único que queda vivo son los pequeños pedacitos de esas personas. Cuando regresé a España, más que nunca, me sentí parte de todos ellos. Me sentía Laura, Batu o Rocío. Me sentía Pumu, Andrei, Esther y Patri, pero también me sentía Maite, Elise y Mafi. Incluso Dani…
Cuando pedí el Erasmus, todo el mundo me preguntaba “¿Por qué Polonia?” y aun a día de hoy, no puedo dar una respuesta exacta ni justificar razonadamente mi elección. Lo único que tengo claro es que, al final, la elección del destino no es trascendental ni asegura nada. Lo verdaderamente importante a la hora de irte, es llenar tu maleta de ilusión, expectativas y ganas de conocer pero al llegar allí, debes vaciar esa maleta y volcar en la cama las ambiciones, los miedos o los sueños y dejar que poco a poco, se vaya llenando de todo lo que está por venir.
No lo olvidéis nunca, “Uno se siente parte de muy poca gente, tu país son tus amigos y eso, sí se extraña” (Martín (Hache), 1997).
Irene Villegas Rodríguez, estudiante de 5º de Periodismo.
Maravilloso relato, Irene. Sé que hace mucho que lo escribiste pero me ha llegado al corazón como si lo hubieras escrito ayer mismo.
Estoy pensando en irme a Polonia para el próximo curso académico y lo cierto es que hasta hace unos minutos solo sentía mucho miedo e incertidumbre….pero tus frases han despertado en mi una pequeña ilusión sobre lo que me espera…
GRACIAS!!
Leire, ahora yo también puedo decir que «sé que hace mucho que escribiste esto» jajajajaj pero me gustaría darte las gracias, a mi también me ha encantado leer tu comentario :).
¿Sabes? casualmente, justo hoy ha vuelto mi hermano de su erasmus en Italia y me ha contagiado de nostalgia con sus vivencias…La verdad es que me ha hecho recordar muchas cosas, aunque te mentiría si te dijera que en estos cinco años que han pasado desde que volví de Polonia he dejado en algún momento de lado la experiencia erasmus…porque no lo he hecho…no ha habido ni un solo día en el que no haya tenido Polonia y ahora .
Bueno el caso es que tenía ganas de recuperar un pedacito de mi erasmus y por casualidad decidí releer esto y he visto tu comentario. Deseo de corazón que te hayan concedido el erasmus a Polonia -o a cualquier otro destino si es que finalmente cambiaste de idea- y que a la vuelta nos cuentes tu experiencia encogiendo un poquito más el estómago de quienes ya nos fuimos y despertando la curiosidad de aquellos que se marcharán pronto.
Me ha encantado encontrarme tu comentario de una forma tan inesperada. Mucha suerte amiga, esperamos impacientes tu historia 🙂
Leire, ahora yo también puedo decir que “sé que hace mucho que escribiste esto” jajajajaj pero me gustaría darte las gracias, a mi también me ha encantado leer tu comentario 🙂 .
¿Sabes? casualmente, justo hoy ha vuelto mi hermano de su erasmus en Italia y me ha contagiado de nostalgia con sus vivencias…La verdad es que me ha hecho recordar muchas cosas, aunque te mentiría si te dijera que en estos cinco años que han pasado desde que volví de Polonia he dejado en algún momento de lado la experiencia erasmus…porque no lo he hecho…no ha habido ni un solo día en el que no haya tenido presente Polonia y ahora que lo miro con distancia, me reafirmo en todo lo dicho. Cinco años después algunos de los que me acompañaron en la aventura erasmus tienen hijos, otros acabaron el erasmus tan encantados que se han recorrido el mundo entero con una mochila buscando experiencias similares, hay quienes forman parte de mi vida diaria y otros tantos con los que no me he reunido hasta dos o tres años después pero que me han hecho sentir que no había pasado el tiempo…
Bueno el caso es que hoy tenía ganas de recuperar un pedacito de mi erasmus y por casualidad decidí releer esto y he visto tu comentario y ¿sabes? Deseo de corazón que te hayan concedido el erasmus a Polonia -o a cualquier otro destino si es que finalmente cambiaste de idea- y que a la vuelta nos cuentes tu experiencia encogiendo un poquito más el estómago de quienes ya nos fuimos y despertando la curiosidad de aquellos que se marcharán pronto.
Me ha encantado encontrarme tu comentario de una forma tan inesperada. Mucha suerte amiga, esperamos impacientes tu historia 🙂
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