ALBA DACUÑA GONZÁLEZ | Fotografía: Alba Dacuña |
La Sala de Juntas de la Facultad de Filosofía y Letras acogió la presentación del último informe sobre inmigracionalismo, realizado por Red Acoge, una ONG creada en apoyo y defensa de la población inmigrante y refugiada. Presentado por María Monjas, profesora de la Universidad de Valladolid, y presidido por Silvia Núñez, técnica del proyecto en Valladolid, no pudo haberse realizado en una ocasión más oportuna, ya que coincidió con el conocido como el Día Internacional del Migrante y con el 30 aniversario de la organización.
Desde el primer momento se señaló que el estudio no se basa en abordar solo lo bueno, sino también en dar visibilidad a aquellas informaciones que no ofrecen una visión completa útil para entender mejor el mundo que nos rodea y para así mejorar el tratamiento de la información en materia de inmigración, sobre todo por parte de los medios de comunicación. «No venimos a señalar a nadie con el dedo, si no a resaltar las prácticas que creemos que influyen negativamente», aclara Silvia Núñez.
Dio paso a definir el pilar fundamental sobre el que se apoya la conferencia: el ‘inmigracionalismo’, es decir, el sensacionalismo en las noticias sobre la cuestión migratoria. Un concepto que la Red Acoge vio necesario añadir a su vocabulario, ya que la realidad mostrada acerca de este tema en los medios no correspondía con lo que ellos, como organización, entendían y visualizaban.
Para la realización del informe se basaron en una serie de criterios fundamentales: en el uso de fuentes, en el análisis de imágenes para comprobar si respetaban el derecho a la dignidad e intimidad personal, el lenguaje y en el tipo de enfoque dado al texto. «El lenguaje es el punto crítico donde más errores se detectan», confirma Núñez, puntualizando algunas expresiones incorrectas, como «inmigrante ilegal», que alimentan el riesgo de no integración. Mediante la proyección de casos de noticias reales, hace hincapié también en el alarmismo que criminaliza mediante estereotipos, en la deshumanización y la cosificación, de tal manera que las personas son tratadas como datos y cifras. Algo muy común, resalta, es la atención injustificada a la nacionalidad por origen del migrante a tratar. Una costumbre vista sobre todo en sucesos y que, si no ayuda a una mejor contextualización de la noticia, es totalmente irrelevante.
En el nuevo informe también han decidido añadir una nueva categoría, ‘libre de inmigracionalismo’, que recalca las buenas prácticas con el fin de que el lector se pueda hacer una mejor idea de lo que se correspondería con un tratamiento más ético.
Con ocho equipos de trabajo, 25 medios nacionales, locales y regionales y 3.600 noticias examinadas, el quinto informe se resume en la recopilación de una serie de errores comunes entre los que destacan el abuso de fuentes solamente oficiales, la doble discriminación que se ven obligadas a sufrir las mujeres migrantes, la menor presencia de las historias de los refugiados, las críticas al discurso de otros países pero no al nuestro propio… En general, todas aquellas que ayudan a la supervivencia de enfoques que impulsan una imagen sensacionalista, simplificada y estereotipada y que genera una serie de prejuicios.
Pero, ¿qué podemos hacer si detectamos un titular que consideramos inmigracionalista? Como bien explica Silvia mediante el vídeo de la campaña de este año, podemos sacarlo a la luz en las redes sociales mencionando al medio o al periodista en cuestión, acompañado del hashtag #inmigracionalismo. Una novedad que incluye a la ciudadanía en el informe para que sea activa y que incita a la población a contactar con los medios para mejorar las informaciones.
Cuando el reloj marcaba las seis de la tarde, concluye con la importancia de la responsabilidad social que tienen los medios y el peligro del aumento del discurso xenófobo. Un pensamiento que debe sustituirse por un discurso que genere una mayor cohesión social y que ayude a comprender que los migrantes son un colectivo capaz de aportar riqueza y valor a nuestra sociedad.