Hace unos cuantos años Loquillo se sentaba en su viejo Cadillac a contar todo aquello cuanto el Martini le permitiese recordar. Bastantes años después sería Juan Martín Salamanca quien, cerveza de por medio, decidiera confesarse.
Recién llegado de su trabajo en Europa Press, éste antiguo alumno de la UVa decide citarse con nosotros en una acogedora cafetería situada justo al lado de la Casa del Libro. Quizá el espíritu literario del local vecino inunde la entrevista; quizá sea el periodismo quien inunde la librería. Por suerte, las dos profesiones desempeñadas por nuestro protagonista de hoy “son bastante complementarias”.
No cabe la menor duda de que la literatura y el arte de escribir influyen en el desempeño del periodismo, pero ¿cómo interfiere éste en la creación de una novela? Martín Salamanca, que tiene claro que al final todo se resume al hecho de contar algo -ya sea mediante la ficción o con pura información-, sabe que su frescura como escritor se sentiría muy resentida si en algún momento se desvinculase de la profesión que le da de comer.
Al trabajar en una agencia de información, la labor que desempeña está “lingüísticamente encorsetada”, por lo que para él escribir es un desahogo de la tarea diaria. Opina, además, que “muchas veces se pueden contar más verdades desde la ficción que desde la realidad”, y que la posibilidad de que esta fantasía esté presente en el periodismo “depende de los medios y de la visión sesgada con la que interpreten”.
La charla con Inform@UVa oscila entre sus dos oficios, por lo que es inevitable preguntarse qué influencias profesionales recibe en ambos. Respecto a su faceta periodística, tiene claro que sus mayores referentes son sus compañeros de agencia, mientras que a la hora de hablar de prosa cita a literatos como Pérez Reverte, Ken Follet o Gonzalo Giner.
Con dos novelas a su espalda, ahora el escritor se encuentra inmerso en la presentación de ‘El embrujo de Lilit’, un relato erótico sobre “un sinvergüenza italiano” que llega a Barcelona en el siglo XVIII y se dedica a seducir a todas las mujeres que puede hasta que se le cruza Lilit, «la horma de su zapato». La obra en cuestión se trata de un encargo editorial ante el que Juan siempre había estado «receloso», ya que “es como si no fueras tú, como si estuvieras coartado y eso influyera en el producto”. Sin embargo, logró terminar el relato y adaptarlo a su gusto personal al convertirlo en una historia de aventuras con escenas sexuales.
La colección erótica en la que se enmarca la última novela de Martín Salamanca, autor también de ‘En busca del hogar‘ y ‘La confesión del embajador‘, trata de ofrecer al público la visión masculina de este género “tan de moda”. No obstante, a pesar de que entre los objetivos de la serie está el captar al público integrado por varones, el escritor no cree que “los hombres se vayan a decidir, porque son más básicos y más simples”. Sea como fuere, a pesar de las pocas esperanzas de Martín debido a «la saturación del mercado», Lilit y su embrujo están “funcionando muy bien, sobre todo por redes sociales”.
Todos los libros de Juan han sido publicados primeramente en papel, aunque ‘En busca del hogar’ – perfecta “para leer con Tierra Santa de fondo” – ya está disponible en formato digital, a la espera de que la sigan el resto de obras. Y eso que el escritor, como usuario, se define “incapaz de leer en una pantalla”, a pesar de reconocer en el ebook «el futuro».
En este contexto, resulta tentador hacer analogía entre los formatos de lectura y los soportes a los que se ciñe el periodismo. El entrevistado se muestra cauto… No sabe si el periódico impreso desaparecerá o no, pues «hablamos de un soporte que al día siguiente de su publicación se vuelve viejo y ya no sirve”. Eso sí, con el romanticismo característico de aquel que ama pasar páginas, fantasea sobre la posibilidad de que el periódico “quede ahí para poder leer mientras se bebe café”.
Nuestro protagonista lo tiene claro, se está produciendo “un cambio seguro” gracias a la nueva oportunidad que han abierto las nuevas tecnologías al “democratizar el periodismo, aunque al mismo tiempo se le esté restando valor por culpa de los medios pertenecientes a grupos empresariales atados a intereses económicos”. En este sentido, el joven de 26 años cree que Internet “permite huir de los medios corrompidos”, si bien, recuerda «la compleja distinción entre lo que es verdad y lo que no en la Red».
Juan piensa que los medios tradicionales han actuado «de pena” al copiar el producto analógico al formato digital en lugar de reformular los textos, por lo que asegura que, con el tiempo, tendrán que adaptarse a un producto más “ágil y ligero”, de modo que el papel “quede como algo más sesudo”. Otro problema que apunta es que “la gente se ha encontrado con todo gratis en Internet, y ahora le costará adaptarse a pagar por los contenidos”. Aún así, sabe que en el futuro el pago se verá como algo normal, siempre y cuando se garanticen unas condiciones dignas. “Lo fundamental para que el periodismo sea bueno, más que el soporte, es que el periodista pueda hacer su trabajo sin precariedad laboral”, afirma.
La espuma de la cerveza va dejando cada vez menos marca en la copa servida, al mismo tiempo que nuestro compañero, licenciado por la UVa, decide hablarnos sobre la “persecución que está sufriendo Twitter”. Tiene claro que esta situación se ha sobredimensionado, pero considera, optimista, que en el momento en que “los políticos dejen de darle importancia a los comentarios contra ellos y la prensa deje de hacerles de altavoz”, la situación remitirá.
Al término de la charla, el escritor también comenta en qué consiste el colectivo del que forma parte, ‘Los perros del coloquio’, que le ha proporcionado “apoyo y visibilidad”. Por otra parte, si tuviera que elegir una novela propia se quedaría con ‘La confesión del Embajador’, ya que “tiene un componente afectivo del que carecen las demás”. Con una perspectiva más global, la elección de una obra de cualquier otro escritor le lleva a ‘Don Juan Tenorio’, de José Zorrilla, sobre la que próximamente publicará en Estados Unidos un remake contemporáneo titulado “Don Juan 2.1 NYC”.
En definitiva, Martín Salamanca tiene muchos planes de futuro, entre los que se encuentra la culminación de otra novela de tipo histórico, en su línea, así como de una obra de ambientación marinera. Llegados a este punto, la lluvia decide no dar tregua para la despedida… Quién sabe si por la mención de las regatas de vela o porque tras la conversación, finalmente, hemos llegado a puerto.
(*) Texto: Miriam Fernández Badiola (@miriam_badiola)
(*) Fotografía: Maje Muñiz (@ladymaje)