HELENA MASEDO GARZÓN | Fotografía: Pixabay

Las décadas de los 80 y 90 supusieron el auge de nuevas tendencias culturales en las industria cinematográfica y musical, redefiniendo el papel de la imagen occidental. Estas expresiones artísticas se consumaron como exitoso canal de introspección personal y rebeldía, exhibiéndose tanto en la gran pantalla como en la labor de las discográficas emergentes. Y aunque el cambio de milenio atenuó su influencia, su legado regresa ahora con sus clásicos más apreciados y una nueva concepción de las generaciones actuales.

REGRESO Y TENDENCIA

Son varios los factores que han contribuido al regreso de estas modas. Su frecuencia cíclica y su auge en 2015 facilitaron el proceso, pero la distribución de filmaciones que beben de la cultura ochentera a través de plataformas como Netflix o HBO ha acelerado su propagación.

Del mismo modo, las estrategias contemporáneas de marketing apelan a todo tipo de consumidores. Las secuelas y remasterizaciones son un éxito en taquilla y en todos los rangos de edad, gracias a la adaptación de su esencia original a las nuevas generaciones.

TRAYECTORIA DE LA MÚSICA Y EL CINE

La música trajo una nueva concepción de estilos, desde la elegancia Physical de Olivia Newton-John en los 80, hasta el Hard Rock Casual de Bon Jovi en los 90. A través de esta vía, fue posible concebir un nuevo ideario de los armarios de la época.

Sin embargo, la nueva contribución de la industria musical en la actualidad conforma una propagación de versiones clásicas adaptada a las nuevas tecnologías. Autores como The Weeknd, Ava Max y Dua Lipa, exponentes del pop contemporáneo, trasladan a sus seguidores a los 90 a través de melodías que toman los fundamentos clásicos y los fundidos de voz.

En cuanto al cine, las remasterizaciones de antiguos clásicos han regresado a la gran pantalla. Entre las más recientes producciones encontramos las películas tradicionales de Disney (El rey león, Mulán, Aladdín…), pero también las emblemáticas sagas de Top Gun: Maverick, Creed. La leyenda de Rocky o Cobra Kai.

Rosana Prada - Wikimedia Commons
Rosana Prada – Wikimedia Commons

El objetivo de las nuevas ediciones audiovisuales es evidente. Además de su comercialización, la remasterización permite que estos clásicos sigan vigentes entre el nuevo público joven.

OTRAS TENDENCIAS DISTINTIVAS

Más allá de la música y el cine, las nuevas modas contemporáneas rememoran corrientes populares. Su implicación se observa en ámbitos diversos, como, por ejemplo, en la ropa vintage y streetwear. Esta moda está presente en la mayoría de los comercios, y exhibe la tendencia oversize, los crop tops y los estampados llamativos. Y junto a ella, el maquillaje glam, que emplea motivos coloridos y grandes cantidades de colorete.

También el cómic y la literatura retoman historias clásicas. Muchos autores han vuelto a rememorar la época ochentera en sus novelas (Stranger Things), y otros, han optado por trasmitir a las nuevas generaciones los momentos más icónicos de aquella etapa a través de sus caricaturas.

Estos últimos han extendido la cultura retro de los videojuegos y el auge del restomod japonés. Su origen está directamente vinculado a la televisión y los iconos del automovilismo promovidos por la saga Fast & Furious, aunque también a la nostalgia por Initial D y Need for Speed. De este modo, se ha propagado la efervescencia noventera por los diseños angulares y faros retráctiles, además de los modelos clásicos de las marcas más conocidas, valorados en la escena del drifting.

Representación de ‘drifting’ | Fotografía: Pixabay

Para muchos, las décadas de los 80 y los 90 marcaron más que una etapa. La influencia de aquellos años, adaptada a la tecnología y globalización contemporánea, demuestra que lo antiguo sigue siendo interesante y capaz de reinventarse.