Carlos Salem Sola es un argentino exiliado en Madrid. Sus prosa negra es protagonista de más de un encuentro de su adorada Semana Negra gijonesa. Su poesía se encuentra entre la más leída de este país. Y hay quien moriría por acudir a alguno de sus talleres de narrativa tanto en España como en el extranjero. Sin embargo, hay una faceta que mucha gente desconoce de él, a pesar de haberla ejercido durante más de 20 años. Se trata del periodismo, esa profesión que para él es «una enfermedad gozosa» y que ha ejercido tanto como redactor, director de medios como El faro de Ceuta o El faro de Melilla o como periodista freelance.
¿Cómo define Carlos Salem el periodismo?
El periodismo, junto con el de médico o el de maestro, es el oficio que más respeto me impone, porque forman o salvan. La diferencia, hasta cierto punto, es que la libertad de prensa no existe, lo que existe es la libertad de empresa. El periodista tiene limitadas siempre sus posibilidades, pero lo que no le puede quitar nadie es su decisión de hacerlo bien, de salir de este maremágnum de cosas que hay y tratar de contar un poco todas las versiones. Tú tienes tu opinión, pero por respeto al lector no tienes que dársela masticada, tienes que darle todos los elementos para que él desarrolle su criterio y con él decida.
Alguna vez has dicho que “el periodismo es una exageración”, ¿a qué se debe esa opinión?
Es una exageración en cuanto a que tú pones en relieve un aspecto y te olvidas de otro, no puedes hacer una narración total, siempre buscas lo más llamativo o interesante y eso no es negativo. Teóricamente buscar lo que más atañe a todo el mundo es positivo, pero sí hay cuatro esquinas y según en qué esquina estés tú de un accidente de tráfico, lo vas a contar en directo de una manera diferente.
Supongo que el buen periodista es el que sin renunciar a sus ideales, trata de contar todas las realidades e incluso cuando sabe que la verdad no es ninguna de ellas, deslizarla pero no hacer una cosa dogmática o panfletaria, porque no tienes pruebas.
¿Qué diferencia encuentras entre el periodismo argentino y el español?
Las diferencias entre los periodismos de los países tienen mucho que ver con sus historias políticas. El periodismo español, que es el que vivo, ha perdido calidad pero creo que en los últimos años se ha perdido también por culpa de las crisis. Los grandes periódicos llevan mucho tiempo trabajando con gran cantidad de colaboradores, de becarios y prácticamente ha desaparecido esa figura de un redactor que se pasaba toda la vida en un mismo periódico y que adquiría una sabiduría y unos contactos.
El lado positivo de esto es que por ahorrarse las empresas dinero, se están dando más “oportunidades” a los periodistas jóvenes, y lo digo entre comillas porque en general significa bajo sueldo, becas u otro tipo de procesos que están bien mientras no has terminado la carrera pero que una vez terminas no es lo ideal.
El periodismo argentino no lo tengo tan cerca, pero creo que está muy polarizado por la situación política argentina pero siempre tuvo una gran exigencia intelectual o política. A veces miro los periódicos de allí y me cuesta entenderlo porque hay un conocimiento de la gente de la situación política, de las leyes… y en eso tenemos una tarea los periodistas, porque no es que sea más difícil engañarlos, se dejan engañar si quieren, pero tienen más elementos para saber. En este aspecto, me la da impresión de que estamos retrocediendo aquí en función de captar lectores.
¿Qué opinas del intrusismo que sufre diariamente el periodismo?
Yo no soy titulado, me faltaron tres asignaturas para terminar periodismo. Dirigí varios periódicos y estoy muy orgulloso de haberlo hecho. El intrusismo depende: si hablamos de un tertuliano no me molesta porque no me gustaría ver a un periodista haciendo eso. Pero si hablamos del intrusismo profesional, por mucho que tú seas un experto en asuntos legales me interesa tu voz, pero también me interesa la de un juez o un abogado.
El periodismo, en una definición cínica, es hablar de aquello que no sabemos, tratar de enterarnos todo lo posible de las fuentes que saben y traducirlo de una manera que también lo entienda el lector. Pero no podemos pedirle que el periodista ni el lector sean expertos.
Entonces ese intrusismo depende. Si es alguien porque es famoso, porque se acostó con alguien, va a ir a un programa de corazón y para mí eso no es periodismo, es basura, y debe estar si no prohibido, marginado.
¿Es culpable del intrusismo el periodismo digital?
No. Todo lo digital tiene un lado bueno que es el democrático, el de la posibilidad de acceder, el de que yo como periodista pueda hacer mi pequeño diario sin tener que contar con un capitalista.
El gran culpable de ese intrusismo son las empresas, que entre tener a un licenciado prefieren tener a otra persona simplemente porque le cuesta más barato. Realmente el intrusismo no me preocupa tanto, lo que me preocupa es que las condiciones de trabajo de los periodistas son tan denigrantes que basta leer los grandes periódicos que para nosotros eran profesión de fe o guías y darse cuenta de que repiten seis veces la misma palabra en un párrafo, que no hay ni tiempo para corregir de tanto trabajo que hay. La calidad de los medios nacionales ha caído porque los periodistas tienen el triple de trabajo y la cuarta parte de sueldo.
¿A qué crees que se debe la falta de credibilidad que sufre el periodismo actual?
Es un pecado que tenía que llegar y que pagarse. Como lector no quiero que un periódico me adoctrine, convencer al convencido es estúpido. Si tú sólo das una versión, estás tratando al lector de tonto y si tienes que leer los dos grandes periódicos para hacerte una idea de lo que ocurre es que algo falla en ellos. Repetir una cosa ocultando la otra es contrario al espíritu del periodismo.
Además, el periodismo está politizado de una manera muy banal, de intereses sectoriales e incluso empresariales. Basta con ver el acoso que ha habido en la prensa española desde la privatización de Repsol por el gobierno argentino, con noticias manipuladas porque la norma era darle caña al gobierno argentino para que Repsol se sintiera contenta. Eso hace perder credibilidad, la gente no es tonta. Podemos comportarnos como tontos, podemos dejar que nos traten como tontos, podemos elegir creernos tontos, pero tontos no somos.
¿Qué opinión te merece la labor del freelance?
La labor del freelance es muy esforzada, pero tampoco creo que sea el periodismo puro, porque el periodista de plantilla está atado a las necesidades de lo que quiere su jefe o a los compromisos políticos, pero el freelance por más que se pueda ganar el respeto de los medios en lo que publica tiene que darles algo llamativo que necesiten vender. No es el periodismo puro, es uno que me parece necesario, pero si aquel que puede ser un excelente redactor tiene que trabajar de freelance está dilapidando un capital muy importante.
El periodismo puro que se debería hacer es aquel por el que no se cobra, lo cual resultaría imposible. El periodismo digital puede llegar a ser puro a priori porque no dependes de cobrar algún sueldo o mantener un medio. Pero en definitiva, siempre que hay algún interés deja de ser puro. Tampoco creo que el periodismo tenga que ser puro, tiene que ser sano, y para ello tienes que contar todas las versiones.
¿Cómo de necesaria te parece la nueva ley de transparencia?
Me da la impresión de que va a ser insuficiente, porque tú no puedes poner a un zorro a hacer una ley sobre cómo va a ser la seguridad el gallinero. En las gestiones gubernamentales debería haber un cambio muy profundo, incluso que los diputados no tengan un aforamiento, que realmente sean como cualquier ciudadano expuesto a que le puedan pedir cuentas de lo que hacen de una manera directa.
Entre sus deficiencias encontramos que no se reconoce el acceso a la información como un derecho fundamental, ¿qué opinas al respecto?
Es una barbaridad típica de este tiempo, de estos años e incluso de este gobierno. Les molesta la información porque cualquiera de las leyes que están haciendo, basta ver la ley del aborto, con un periodismo más dócil podrían engañar a la gente. Yo esto lo viví siendo pequeño con las dictaduras y eso dura poco tiempo porque la gente a la larga se entera. El acceso a la información es un derecho fundamental, pero como tantos otros que no se están respetando en este país y costará mucha lucha y mucha protesta conseguirlo.
Para ti, ¿hay democracia sin periodismo?
No hay democracia sin periodismo, pero tampoco hay democracia sin ciudadanos. Yo he sido periodista durante más de 20 años, admiro el periodismo, lo respeto, lo critico en muchos aspectos, pero creo que el periodismo no es una base fundamental de la democracia, mientras que los ciudadanos sí lo son. Con ciudadanos que realmente exijan que dejemos de tener una política futbolera y que si lo hace tu partido te parece bien aunque te parezca mal, entonces la gente será más exigente con el periodismo, los empresarios periodísticos tendrán que ser más plurales y los periodistas tendrán más derechos
Echo en falta una ley mucho más protectora del secreto profesional, del estatuto del periodista que siempre ha sido muy endeble y que nunca ha llegado a donde debería y que ha llegado en otros países.
¿Qué futuro le ves al periodismo?
Yo, como gran usuario de las tecnologías y todo lo demás, creo que a menudo se especula demasiado con lo que supondrán las nuevas tecnologías. Al haber multiplicidad de medios, el gran problema es que un periódico tiene que ser un negocio y si no un medio oficial y si es oficial está en manos del partido que gobierna. Los medios oficiales necesitan un mayor control para que haya una pluralidad real y una ley de de periodismo.
Cuando ves los sueldos de los periodistas te das cuenta de que es patético, por eso la gente trata de trabajar en la tele o en algún programa de corazón o en basuras por el estilo que es lo más alejado del periodismo. La mayor prueba es que aparentemente la realidad y el acceso a la realidad está metiéndose en estos programas que son lo contrario al periodismo, que son basura, cosas guionadas, telecomedias baratas y que explotan lo peor.
El periodismo no va a morir, porque de distintas formas siempre ha estado y es muy valioso en épocas en que se intenta recortar la libertad de expresión como ahora. Lo que no sé es cómo se transformará. Si uno quiere tener trabajo en informativo de televisión habrá menos porque lo hacen con menos gente, y cuando pase la crisis posiblemente haya un pequeño renacer, pero las condiciones laborales ya están lesionadas para siempre. Por lo tanto, el periodismo como medio de vida no sé cómo va a ser, pero no va a morir nunca.
Por último, ¿qué consejo le darías a los estudiantes de periodismo?
Que sepan que es un trabajo muy duro, que no todo es salir en la tele a decir cuatro cosas y que realmente es un trabajo duro pero maravilloso. También un trabajo fútil, volátil; tú consigues una gran noticia, descubres aquello que está oculto y luego a los dos días ya no existe más. Sin embargo, nadie te quita el haber sentido que cada día empezaba la aventura de contarle a la gente por lo menos una parte de lo que pasaba.
(*) Entrevista: Miriam Fernández Badiola (@miriam_badiola)
Fotografía: cedida por Hyperbole